Sanidad pública Opiniones de los usuarios

La voz de las listas de espera

  • Un recorrido por los centros sanitarios pone de manifiesto que los usuarios aprueban la sanidad pública · Unos pacientes están satisfechos, otros resignados y sólo un tercio pide más rapidez

A media mañana las consultas en los hospitales están a tope. Allí se escuchan opiniones muy diversas sobre el funcionamiento de la sanidad pública. Están los comprensivos, como un hombre que espera su segunda operación de cataratas. "Las cosas tardan, pero es normal... Somos tantos pacientes", asegura la esposa que le acompaña sin dejarle abrir la boca. Hay otros que no tienen quejas porque "de momento todo va bien", como Juan Carlos Calle, un operario que tiene que someterse a revisiones periódicas a raíz de un accidente laboral.

Y los hay contentos y descontentos en una misma familia. "Yo tengo consulta con el endocrinólogo y todo va muy rápido, pero mi hermana tiene artritis reumatoide y lleva un año esperando rehabilitación en la mano", dice una joven. Otra de sus hermanas lleva desde octubre de 2008 con dolores porque se tiene que extirpar la vesícula. Ha pasado por distintos especialistas, se ha sometido a diversas pruebas y todavía está sin operar. Este reportaje no se basa en una encuesta científica. Está elaborado en base a la opinión de una treintena de pacientes elegidos al azar en los pasillos de los centros sanitarios. Y el resultado es que dos de cada tres usuarios consultados aprueban la sanidad pública. El tercio restante se queja y asegura que con fundamento. Como un hombre que tras haber sido operado por un derrame cerebral espera en la consulta de Neurocirugía del Hospital Carlos Haya. "Me hicieron un TAC en junio pasado y ahora lo va a ver el especialista. No me parece lógico que una prueba la vea el médico con tanto retraso...", opina.

Una mujer a la que le repararon una hernia de hiato y le extirparon la vesícula en la misma intervención dice que está satisfecha. "A mí me hicieron dos por uno, como en el Carrefour, ahora vengo a revisiones semestrales y no tengo quejas", afirma. Una auxiliar de enfermería asegura que gracias a la apertura de los quirófanos por las tardes y a los conciertos con clínicas privadas, las listas de espera se han agilizado. Según los últimos datos publicados por el Servicio Andaluz de Salud, Málaga es la provincia andaluza en donde más tarda una operación, en la que -junto con Sevilla- más demora una consulta externa y -después del territorio hispalense- la que tiene más retraso en las pruebas diagnósticas. Pero en todos los casos, según el SAS, se cumplen los plazos de espera máxima fijados por la Administración sanitaria. Muchos de los pacientes desconocen que existen estos topes que son de 180 y 120 días según las operaciones, de 60 para las consultas externas y de 30 para las pruebas diagnósticas. El desconocimiento de estas normas es mayor entre los enfermos de edad más avanzada. De todos modos, los decretos tienen excepciones y no es fácil saber si hay incumplimientos.

Por ejemplo, Ana Carrasco, una mujer de 80 años que viene de Pizarra, se queja de que lleva siete meses esperando que la vea el cardiólogo en Barbarela. Según ella, la ha derivado su médico de cabecera, de modo que debería haber llegado como mucho en 60 días. Sin embargo, una enfermera aclara que es una revisión y que por lo tanto ese plazo no cuenta. Al margen de los decretos, los usuarios que se quejan insisten en que en esas demoras a veces está en juego la vida de las personas. Y que en otros casos, los pacientes tienen que echar mano de medicamentos para aguantar mientras los operan.

Es el caso de una mujer a la que le han extirpado la vesícula y el conducto biliar. Su sobrino, que le acompaña, habla por ella. "Esto debe ir más rápido porque hasta que la operaron ha estado soportando molestias y tomando medicinas", lamenta Juan. Como la mayoría de los pacientes consultados no quiere dar su apellido. Un hombre que ya se ha operado de la cadera y de un brazo admite que siempre le llamaban rápido. Pero esta vez, lleva un año aguardando una intervención en el otro brazo. "Se habían perdido los papeles y no me llamaban. Ha sido una equivocación, un despiste", dice sin atisbo de crítica.

La que sí se queja es una usuaria del Centro de Alta Resolución que asegura haber esperado seis meses para Oftalmología y Cardiología. Pero a continuación reconoce que una vez se operó a través de un concierto en una clínica privada y se arrepintió. Y es que pese a las quejas, buena parte de los enfermos cuando se les da la opción de intervenirse en centros privados -recurso que usa el SAS echando mano de los conciertos para no incumplir los topes de los decretos- rechazan esa alternativa. Un dato que los profesionales interpretan como un indicador de confianza en su trabajo.

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