Málaga C.F.

Ideye, una razón para creer en la salvación

  • Buen debut ante Las Palmas pese a estar casi recién llegado

  • Se espera que siga la estela de otros futbolistas que ayudaron a permanencias extremas como Baiano, Baptista o Amrabat

La esperanza viene y va, te acaricia y te desprecia, te guiña y te odia. Pero siempre te deja una rendija abierta, te ofrece una mano, aunque lejana. En el Málaga hay pocos motivos para creer. La clasificación te lo dice todo. 22 partidos y 13 puntos. Colistas en solitario. No hay más verdad que esa. Sin embargo, al deporte le engrandece esa certeza de que nada es cierto hasta que ocurre. Y en el fútbol, que es el rey de reyes, esta circunstancia se multiplica. El descenso del Málaga se masca, no hay que ser muy avispado para sujetar tal afirmación. No obstante, habrá quien quiera agarrarse a esa vía matemática. ¿Cómo se sostiene? En algún nombre propio. Cómo no. El nombre propio ahora mismo es Brown Ideye.

El malaguismo necesita agarrarse a héroes, porque la permanencia será con épica o no será. Ideye tuvo un debut esperanzador. El delantero nigeriano le dio cosas al equipo en su primera performance, cosas que nadie había sabido darle hasta la fecha salvo contadas excepciones. Ahora se espera de él que aporte justo lo que más necesita el Málaga: goles.

Tiene presencia, pelea e incordia. Obviamente está lejos del Ideye del Olympiacos o del Dinamo de Kiev, pero es más que cualquiera de los otros delanteros del Málaga. Al menos, ante Las Palmas lo fue. Falta por saber si es cierto que tiene tanta dinamita como creen Husillos y José González, que aseguran que no dudaron ni un momento de su fichaje cuando su nombre saltó.

Ideye tiene la oportunidad de seguir la estela de otros hombres que han sido importantes en situaciones críticas. A todo el mundo le viene a la mente el primer gran salvador del Málaga Club de Fútbol en la máxima categoría: Fernando Baiano. El brasileño ayudó a la permanencia con goles de todos los colores en una situación deportiva similar a la actual. El siguiente gran tótem de una permanencia fue Julio Baptista. Otro nivel, otra etapa. Aunque las d ificultades para mantener el tipo estuvieron ahí. Se le vieron las orejas al lobo.

También fue trascendental en la 2013-14, el año de Bernardo Schuster, la figura de Nordin Amrabat. No por sus goles (que apenas fueron un par de ellos), sí por su trascendencia en el juego y las cosas que le daba al equipo. Tampoco estaba tan mal acompañado el holandés de origen marroquí: Camacho, Darder, Weligton, Santa Cruz, Willy Caballero, Jesús Gámez, Antunes, Sergio Sánchez, Eliseu... Herencia de la etapa dorada de la Champions. Y el curso pasado le tocó a Sandro, que no fue fichaje pero después de tanto tiempo lesionado lo parecía. Siempre hay un clavo ardiendo que asir. Ahora se llama Ideye.

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