El Málaga se plantaba en Vigo con la brecha de 14 puntos para la salvación y con una racha de siete derrotas consecutivas que empieza a ser una losa para los jugadores que salen a la palestra en algunos momentos del partido. El Celta, por su parte, no vive su mejor temporada aunque puede entrar perfectamente en Europa. El Málaga demostró orgullo y ganas como en partidos anteriores, aunque en este caso fue hasta superior al rival.
El comienzo se desarrolló sin mucha acción, intercambio de posesiones y poco riesgo por ambas partes. El Celta demostraba más calidad pero no se imponía en zonas más adelantadas. Los naranjas (que eran los blanquiazules el domingo) tuvieron una opción para adelantarse mediante el Chory Castro aunque su disparo se marchó fuera. Rolan fue de lo más destacable en el primer tiempo.
Tras el descanso, el partido ganó en intensidad, el Chory desde la derecha empezó a destacar, las situaciones de peligro se producían en situaciones de transición defensa-ataque. De hecho, un robo del Celta estuvo a punto de costarle un gol al Málaga.
El Celta se enchufaba y sus dos estrellas también rondaron el gol, Maxi y Aspas no acertaron a marcar. La de Iago fue muy clara, pero no acertó a marcar.
El Málaga también pudo llevarse el partido pero Lestienne, que entró por banda, estrelló las ilusiones de los visitantes en el palo.
Al final reparto de puntos que a los de la Costa del Sol solo les vale para dignificar su final de temporada en Primera División en el año de su más que posible descenso.
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