Ayer se hizo oficial su llegada, pero antes ya estaba bien avalada. Antonio Tapia responde bien a esa etiqueta de hombre de club. Y aunque hacía ya bastantes años que no trabajaba en la avenida de Martiricos, su inminente incorporación a la estructura de la cantera ha sido bien recibida. En La Academia en sí y en los diferentes estamentos de la entidad.

Un motivo de alivio habida cuenta de la responsabilidad en la decisión. El súbito fallecimiento de Manel Casanova, quien había cambiado la manera de trabajar en la base, obligaba a mirar con mimo las opciones. Fuera quien fuera el elegido, el cambio iba a ser drástico. No obstante, el perfil del fuengiroleño ha resultado convincente.

De hecho, en los últimos días ya se manejaba con cierta soltura entre entrenadores y trabajadores de la cantera que Tapia iba a ser el nuevo director de La Academia. Y aunque ya hace cuatro campañas que no trabajaba para el Málaga, aún conserva bastantes amistades y compañeros que le valoran especialmente, pues además ha vivido muy de cerca la actualidad blanquiazul y de la cantera.

Aunque más bien habría que hablar de 2009, en su última aventura como entrenador del primer equipo, como fecha de su último paso, puesto que el cargo de asesor deportivo que se le asignó en 2012 apenas le duró una semana dentro de un marco institucional bastante convulso.

El rol de Tapia gusta desde la perspectiva de la formación, la deportiva y la humana. El profesor de Educación Física dejó muy buen calado con su paso por el filial del Málaga, al que llevó de Tercera a Segunda. Algunos de aquellos futbolistas hoy están en la estructura blanquiazul, como es el caso de Manolo Gaspar, y sin duda recuerdan que su perfil instructor marcó a aquella generación. Su trato continuo con alumnos en el IES Sierra de Mijas es otro de sus puntos fuertes a la hora de coordinar la cantera, conoce bien la mentalidad de jóvenes en procesos de cambio y en una edad de difícil gestión mental y emocional.

Antonio Tapia es un tipo querido por su carisma. Aunque comedido públicamente, su sentido del humor en el trato diario es muy especial. Le ayudará también en un puesto donde tendrá que lidiar con personalidades muy variopintas. De hecho, ahora se halla en plena fase de estudio de la cantera para redefinir su organigrama y ver de qué personas se rodea como máximo responsable del fútbol base. No obstante, hasta pasados unos meses su estructura no quedará definida del todo, ya que quiere ir viendo cómo se trabaja en cada equipo y conocer más de cerca a todos los profesionales que integran La Academia.