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Resaca con atrezzo

  • La plantilla, de figurante en el día después de certificarse el descenso

  • Recio leyó un escueto comunicado para pedir "disculpas" y prometer que "nadie va a bajar los brazos de aquí al final"

Plantilla y cuerpo técnico, en la sala de prensa de La Rosaleda antes de la lectura del comunicado.

Plantilla y cuerpo técnico, en la sala de prensa de La Rosaleda antes de la lectura del comunicado. / JAVIER ALBIÑANA

El día de resaca hizo honor a la palabra. No por esperado dolió menos y fueron muchos los que se levantaron con una pesadumbre diferente. No era la sensación de otra derrota cualquiera, era saber que el descenso es una realidad. La mañana pesó más y la jornada se hizo larga también por Martiricos, donde el silencio solo lo rompió la plantilla, uno de los eslabones de la cadena que han llevado al Málaga al desastre. Tampoco es que fuese por mucho; antes de volver a entrenar salió el equipo a leer un escueto comunicado. Un minuto de semblantes serios, algunos de más credibilidad que otros.

Salieron los futbolistas en absoluto silencio. También José González y su cuerpo técnico. La expresión corporal definía al que se sentaba de brazos cruzados y al que miraba de reojo escondido tras la columna de la tarima. El encargado de declamar fue José Recio, primer capitán. Los otros dos, Miguel Torres y Roberto Rosales, solo estuvieron de cuerpo presente como en el Ciudad de Valencia. La labor de hablar y dar la cara sí recayó esta vez sobre alguien con presuntos galones -con brazalete, al menos- en un grupo descabezado desde este verano.

Pretendía Recio hablar en nombre de la plantilla. El mensaje, no muy diferente a lo oído horas antes en Valencia. "No es un día para poner excusas, toda la plantilla al completo queremos dirigirnos a todos los malaguistas para decirle que sentimos haberles fallado. El Málaga es un sentimiento, yo lo conozco bien desde chico, y hoy todos los jugadores, lleven aquí más o menos tiempo, se quedan con este pellizco que nunca se les olvida aunque se vayan de Málaga", arrancó el paleño, que se dirigió también a una afición hastiada desde que se desfondó allá por noviembre buscando una reacción que jamás llegó: "No tenemos palabras para agradecer a los malaguistas todos los increíbles recibimientos que nos habéis dado en La Rosaleda. Todas las veces que nos habéis animado y empujado en las buenas y en las malas. Y cómo habéis empujado con frío, calor, lluvia y con muchos viernes y lunes con malos horarios para vosotros".

Continuaba Recio: "Deciros lo siento no es suficiente, lamentablemente ya no podemos dar marcha atrás. Sí os aseguramos que no vamos a permitir que nadie baje los brazos de aquí al final. Vamos a seguir hasta el último día luchando por este escudo y esta camiseta. Nos gustaría también mencionar a todos los trabajadores del club. Gracias por cómo nos ayudáis siempre y estáis con nosotros para que nuestro trabajo sea más fácil. También os hemos fallado y nos duele muchísimo". Cerraría el minuto con el mensaje de volveremos. "Esta ciudad, este club y esta afición se merecen estar en Primera División. Se lo merecen y volverán a estar muy pronto. Que no os quepa ninguna duda de que vamos a dejarnos la vida para conseguirlo la temporada que viene. Muchas gracias", para finiquitar.

Lo cierto es que el equipo, en mayor o menor grado de paripé, fue el único en comparecer. El propietario, Abdullah Al-Thani, tardó hasta mediodía para colocar pobre mensaje en redes sociales, su medio de comunicación de cabecera. Allí, igual que Recio, se limitó al pedir perdón por lo sucedido: "Pido disculpas a todos los aficionados de esta entidad y prometo ante Dios que estaremos dispuestos. El equipo regresará al lugar que se merece con los equipos de la élite".

Dentro de su línea el mensaje de Al-Thani, ausente de Málaga y del club desde que partiera rumbo a Catar antes de la llegada del Ramadán este pasado verano. Culpa a la situación política de su país de no haber podido volver en todo este tiempo mientras sus hijos sí han hecho el puente aéreo en repetidas ocasiones a lo largo del curso. Entretanto, el club se ha ido debilitando hasta llegar a un descenso que hace meses parecía futuro, pero que ya es presente.

El equipo preparaba ayer por la tarde el partido de mañana (16:15) contra la Real Sociedad. No pasó la plantilla el bochorno de caer ante los suyos, pero igualmente pasará por el examen de La Rosaleda, cuyo recibimiento es una incógnita. En esta resaca se sucedieron los mensajes desde fuera y también lanzó su comunicado el Fondo Sur, que pidió a la propiedad "que delegue en alguien responsable y con conocimiento deportivo adecuado, o que proceda a la búsqueda de nuevos inversores" y aprovechó para reivindicar el papel de la afición la próxima temporada con la campaña #Objetivo25000 malaguistas, en la que llaman a abonarse.

El descenso ya es real, no hay más paños calientes. Seguirá el discurso de la profesionalidad, pero las disculpas pedidas sucesivamente no pueden calmar la pena ni la frustración del aficionado que ha visto caer año a año al Málaga hasta lo que es hoy.

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