Málaga C.F.

Roberto y las diez sombras de Míchel

  • El Málaga vuelve a penar en el día del sí o sí

  • Las paradas del meta evitaron una debacle más temprana

Ni el parón ni los descansos han servido de bálsamo. El bloqueo mental del Málaga sigue siendo el mismo. Un arranque prometedor, gol infantil -líos arbitrales aparte- y vuelta a penar por el césped de una Rosaleda que da sin recibir. El conjunto costasoleño aún no ha estado por delante en el marcador en lo que marcha de Liga y el ciclo vital del choque pudo acelerarse de no ser por el responsable de que la meta propia quede a cero. Sobre la contraria, ya sería mucho pedir, no podrá tener influencia.

Roberto Jiménez atajó dos mano a mano a Nordin Amrabat, el primero cuando el Málaga se volcaba sobre la portería del Leganés, tapando varias de las vergüenzas que defensivamente tocan al equipo. Baysse pudo acabar expulsado y sufrió lo que no está escrito con el atacante marroquí, mientras Luis Hernández volvió a ser una sombra del asturiano imponente que salvaba al Sporting y se ganaba el pase a un Leicester de Champions.

Y si atrás hay problemas, qué decir de arriba. De Diego Rolan no se puede vivir eternamente pese a que Peñaranda parezca un recurso a tener en cuenta. El venezolano va a mejor físicamente a falta de que entienda que por sí solo no se va a ningún lado. Algo parecido a lo que necesita Juanpi, otro día más decepcionante y pitado. Todo ello y mucho más en un barco cuyo capitán (Recio) actúa más con el corazón que con la cabeza.

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