Cuando un club paga una cláusula de rescisión, poco puede hacer su dueño más allá que reaccionar rápido. Y en esa tesitura se encuentra el Málaga después de que en las últimas horas trascendiera que el Villarreal está a punto de llevarse a Pablo Fornals. No solo un buen futbolista, sino un tipo que portaba la bandera de la cantera y con mucho calado entre la afición. Las primeras horas tras conocerse la noticia dejan una situación convulsa, tanto en Martiricos como en la concentración de Holanda.
Seguramente, ello lleve al director deportivo, Francesc Arnau, a viajar a hasta Garderen para reunirse con Míchel y tratar la situación. De hecho, ya se había previsto la posibilidad de que el dirigente acompañara a Kuzmanovic, que en las próximas horas debe ser uno más en la plantilla. Es una situación con la que no se contaba.
Es más, según fuentes del equipo en Holanda, el técnico madrileño no era consciente de lo que ocurría con Pablo, quien en cambio sí que había informado a alguno de sus compañeros de los pasos del Villarreal en la operación. La reacción de Míchel ahora también se antoja fundamental. Cuando organizó la planificación junto con Arnau, pidió que o saliera Sandro o Camacho, pero no los dos, algo que finalmente no pudo evitar. No solo eso, ya que el martes, un día antes de partir hacia los Países Bajos, lamentó públicamente "la falta de agilidad" del club a la hora de hacer las operaciones.
Si necesitaba otro medio centro más allá de la llegada de Kuzmanovic, la pérdida de un tipo que fue muy importante en sus esquemas durante los tres meses del año pasado es otro palo gordo. Huelga decir que no le habrá hecho nada de gracia.
Se abren días para recomponer la configuración del plantel. Aunque el Málaga no podrá utilizar los 12 millones de Pablo íntegramente para fichar a alguien, podría aprovechar parte de ese dinero para desbloquear alguna operación que se antojaba imposible, como la de Javi García en el Zenit.
Lo que tiene difícil sofocar ahora mismo el Málaga es la reacción de la afición, muy dolida por la pérdida de un puntal, un jugador de futuro y con la etiqueta de canterano que se había consolidado en el primer equipo. Es más, hay quien directamente señala hacia una mala gestión por no haber llegado antes a un acuerdo de renovación de Pablo Fornals cuando esta posibilidad está sobre la mesa desde hace meses.
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