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En abril, partidos mil

  • Hasta siete encuentros se concentran en 30 días para amplificar las consecuencias de las alegrías y las penas

  • Aguardan Atlético, Barcelona, Valencia y Sevilla en La Rosaleda

Míchel, con Juan Carlos Mandía, ayer en el entrenamiento del Málaga.

Míchel, con Juan Carlos Mandía, ayer en el entrenamiento del Málaga. / javier albiñana

La Liga termina el 21 de mayo. Para el Málaga sería una gran señal que finalizara el 30 de abril. Supondría una señal inequívoca de que se acabaron los problemas para zanjar la permanencia. El de las flores es un mes vital. En clave blanquiazul y prácticamente para todos los que tienen objetivos serios en juego. Porque abril concentrará hasta siete encuentros. Siete encuentros en los que las alegrías pueden ser exponenciales y las penas dramáticas. Con un calendario en el que habrá partidos contra transatlánticos o ante los que quieren intercambiar el puesto con los blanquiazules, algunos de ellos distanciados en apenas 72 horas, ofrecer una buena respuesta en estos 30 días es casi una obligación para que mayo no sea un infierno liguero.

La media de partidos, uno cada cuatro días y medio, exige muchísimos factores que hay que hacer confluir para salir victorioso. Disponibilidad de jugadores, capacidad de recuperación de golpes y pequeñas dolencias, suerte con las sanciones o confluencia del calendario nacional con las competiciones europeas son algunas de las cuestiones azarosas que pueden complicar más aún un partido o restarle dificultades. El denominador común para el Málaga, ya se sabe, pasa por los rivales de enjundia en casa (Atlético, Barcelona, Valencia y Sevilla) y los de abajo a domicilio (Sporting de Gijón, Deportivo y Granada).

Las tres salidas traen choques con tintes decisivos: Sporting, Deportivo y Granada

Estos últimos son los más importantes para el Málaga, los llamados partidos de seis puntos, en los que uno puede sumar tres y dejar al rival sin ninguno. Salir airoso de esas tres salidas, incluso no perder en ninguna de ellas, podría dejar al equipo de Míchel con el objetivo casi en el bolsillo. Ello lleva el añadido del average, que para el Málaga parte con ventaja mínima ante gallegos y asturianos y con un empate en la ida frente al Granada.

Otra de las consecuencias de este mes puede traer la buena noticia de ver La Rosaleda hasta los topes. Nadie en el club duda de que contra el Barcelona y el Sevilla se venderá todo el papel. Por la entidad del primero (así como la presencia de numerosos seguidores azulgrana en la ciudad, y quién sabe si con la lucha por la Liga al rojo vivo) y por la máxima rivalidad, respectivamente. Pero es que el ritmo de venta que se está desarrollando de cara al próximo partido invita a pensar en que no quedará ni una localidad en las taquillas. Al cierre de esta edición, una cifra algo inferior al medio millar estaban únicamente disponibles. No será fácil porque la mayoría son las más caras, pero con cinco días por delante todo puede pasar. En cualquier caso, una gran afluencia está garantizada.

Seguramente el choque contra el Valencia quedará algo más en segundo plano, si bien todo estará pendiente de lo que pueda pasar en esa trigesimotercera jornada, quién sabe si la última victoria para atar la permanencia. Pase lo que pase, el club habilitará una promoción para ese partido de cara a conseguir otro lleno o una gran entrada.

Del lado contrario, las salidas no invitan a mucho respaldo por parte de los aficionados. Coruña es un viaje costoso y sin muchas facilidades comunicativas, mientras que en Gijón y Granada se jugará entre semana, miércoles y martes. Había mucha expectación ante esta última fecha, que dio a conocer ayer LaLiga. El día 25 es laborable y a las 20:30 no habrá muchas posibilidades para los que trabajan, por más que apenas haya una hora de distancia entre las dos ciudades.

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