Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Málaga C.F.

Un aperitivo agridulce

  • La afición da la talla en el debut del curso en La Rosaleda, aunque lamentan otra derrota

  • Se entiende la marcha de los pilares, pero se demandan recambios

Julio se hace largo. El aficionado al fútbol lleva varias semanas contando los días para que empiece la Liga. Entre tanto, el Costa del Sol era una buena oportunidad de testar por primera vez al nuevo Málaga. Con calor pero con ilusión.

Ayer era turno de un trofeo muy malaguista. Llegaba la 33 edición y era para los aficionados la segunda oportunidad de ver a su equipo. Con el césped también de pretemporada, el equipo de Míchel dejó patente su necesidad de mejorar en el juego. Una sensación que el aficionado intuía después de ver los partidos anteriores."Lo veo complicado, hay muchos cambios y tienen que acoplarse, pero las derrotas de pretemporada no importan", afirma Ricardo Castillo, un aficionado que acudió al partido con sus amigos.

Es la realidad. El Málaga no ha conectado todavía con su afición. Las marchas de pilares en el juego y en el vestuario como Camacho, Fornals o Sandro calan en el aficionado, aunque muchos lo entienden. "El fútbol es así. Los jugadores vienen y van", dicen varios de los 12.006 espectadores que anoche acudieron a La Rosaleda, con la ilusión de ver al Málaga levantar su undécimo Costa del Sol. "Espero un Málaga más valiente de lo que se le ha visto esta pretemporada" decía Jesús Arrebola, que acudía a su butaca. Otros eran más realistas. "Las expectativas son malas porque no se ha ganado. Además no se han dado motivos para ganar y estamos fastidiados por los jugadores que se han ido", aseguraba Serafín Solís.

En dos semanas empieza la Liga. Muchos cambios en la plantilla, pero misma fidelidad por parte del aficionado malaguista. Unos más optimistas que otros respecto a las posibilidades esta temporada. "Tengo mejores expectativas con el equipo ahora que el año pasado. Es normal que se hayan ido jugadores", comentaba Antonio Delgado. "Necesitamos algún medio centro y otro delantero para afrontar con más garantías la temporada. Míchel conseguirá hacer un gran año", decía Víctor Gallego. "Salvarnos con más facilidades que el año pasado sin pasar ningún apuro, estando entre el octavo y el duodécimo en la tabla", trataba de predecir Joaquín Trillo.

El partido comenzó y la expectación se volvió en aplausos para los intentos de gol del Málaga, mezclado con algún lamento por las ocasiones perdidas y aprobaciones por la solidez mostrada por Roberto bajo palos. El Málaga jugaba mejor y el público lo agradecía, pero el gol no llegaba y la grada se impacientaba. Desde el fondo se seguía animando. Una Rosaleda menos nutrida que en otras ocasiones pero que no paró de alentar a los suyos, celebrando cada oportunidad creada y presionando al árbitro y al rival cuando tocaba. Incluso con el gol de el Lazio, los aficionados trataron de ayudar a los jugadores locales a conseguir el empate. Pero el trofeo viajó para Italia. Algunos se quedaron a ver la entrega del trofeo y aplaudir a los jugadores del Málaga cuando Recio recogió el trofeo de subcampeón. La temporada aún no ha empezado y es posible mejorar. Porque han llegado varios refuerzos, pero aún deben llegar más.

Por lo general, Roberto les da confianza. Otro que gusta es Borja Bastón. "Tiene gol, a ver si tiene suerte", afirmaba Adrián Garrido. También Baysse. Además, muchas esperanzas puestas en Mula: "Me parece un buen refuerzo si tiene oportunidades".

Con algunos canteranos, con más o menos delanteros, otro centrocampista. La temporada está tocando a la puerta, el Málaga necesita algo más de rodaje, pero el malaguista no. Tiene la bufanda colgada en la percha un año más. El Costa del Sol fue un aperitivo. El pistoletazo será contra el Éibar. Prepárese, coja las palomitas, el refresco. El espectáculo está a punto de comenzar.

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