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Los buenos siempre derrotan a los malos

  • Junto a un Chory colosal, Bastón, Ontiveros y Juanpi trajeron la luz desde el banquillo

  • Horribles los centrales

Los buenos siempre derrotan a los malos

Los buenos siempre derrotan a los malos

El Málaga tuvo a sus aliados y enemigos en casa. A los primeros en el banquillo, a los otros sobre el campo. Y cuando los suplentes se quitaron el chándal, recordaron esa vieja leyenda de los libros y las películas: los buenos siempre ganan a los malos. Borja Bastón, Juanpi y Ontiveros cambiaron el sino del partido. Pero la imagen de entrega, fe y determinación la ejemplificó el Chory Castro.

Creyó para porfiar el 2-2, se defendió con aplomo como medio centro de urgencia, resistió en pie pese a los calambres y molestias que le azotaron en el último cuarto de hora. La amenaza de quienes le quieren jubilar le acompaña, pero una vez más reapareció. Como esos faraones de leyenda en las pirámides, que nadie ose dudar de él.

Borja Bastón entró para volver a sentirse un nueve. Por su incidencia en el juego y en el marcador; su primer tanto dio los tres puntos. Juanpi se lo sirvió en bandeja con un partido que le debe devolver el camino a la continuidad. Igualmente, Ontiveros empezó a pedir perdón con fútbol.

El encuentro, no obstante, señaló a los centrales, excesivamente desorientados y nerviosos. Sus concesiones complican la empresa de la remontada. Tampoco Rolón estuvo a la altura de las circunstancias; nunca se encontró a gusto en el cómodo y apenas entró en contacto con la bola.

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