Málaga C.F.

Un castigo merecido, un escudo inmerecido

  • Los jugadores vuelven a quedar retratados tras su penúltimo desastre

  • Nadie se salva del naufragio

Un castigo merecido, un escudo inmerecido

Un castigo merecido, un escudo inmerecido

3-0 en media hora. Poco resumen mejor que ese para valorar la actuación de los jugadores del Málaga, que combinan como pocos el desastre colectivo y el disparate individual. La derrota, la goleada, es merecida sin lugar a dudas. Lo único que demostraron no merecer una vez más es el escudo, tal y como dijo Adrián González al término del partido.

Destaca que dos jugadores apercibidos de sanción como Rosales y Miquel viesen la amarilla que les ahorra el trago de jugar en La Rosaleda la última jornada. El central la vio por protestar una acción de juego corriente. El lateral, capitán para más inri, vio cómo se la perdonaba -tras ser avisado- Martínez Munuera por una entrada fea a Darder que no venía a cuento. Insistió hasta que se la mostraron por un agarrón en el centro del campo.

Más allá de eso, en defensa fallaron todos. A Luis Hernández lo mandó al piso Sergio García en un choque y Diego González fue uno de los que rompió el fuera de juego en el 1-0 (que de principio a fin fue un desastre colectivo, empezando por Lestienne, que dejó centrar al contrario con facilidad).

Los pivotes fueron superados siempre y los atacantes ayudaron más bien poco atrás y sumaron más bien nada en sus parcelas. Eso incluye a los refrescos Bastón y Bueno.

Lo más positivo fue el debut del canterano Alberto López.

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