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Un delantero 10

  • Radiografía de los goles de Sandro, que en el 80% fueron en partidos que terminó ganando el Málaga

  • Su especialidad, el derechazo fuera del área

Un delantero 10

Un delantero 10

Hace dos temporadas, entre primer y segundo equipo, entre Primera y Segunda, Sandro sumó 37 partidos de Liga. En ellos hizo diez tantos. Los mismos que suma ahora tras 25 sólo en la élite. Sentía la necesidad de saberse importante fuera del Barcelona y lo ha conseguido. Rechazó ofertas millonarias -aunque tampoco cobra mal aquí- y proyectos deportivos más ambiciosos para ser cabeza de ratón en La Rosaleda. El tiempo le ha dado la razón. El 9 del Málaga es un chico 10. Su decena de tantos le coronan como máximo goleador del equipo. Pero es algo más. Es corazón, estilete, referencia y bandera de una temporada en tonos grises a la que le está poniendo las mejores notas de color.

Una radiografía de sus goles permite entenderle mejor como futbolista y su manera de ayudar al equipo esta temporada. Siete llegaron con la pierna derecha, uno con la izquierda y dos con la cabeza, lo cual le define como futbolista eminentemente diestro que no se siente incómodo a la hora de definir de otra manera. Más significativo resulta enjuiciarle a la hora de elegir situaciones de disparo y llevarse el gato al agua. Porque el 40% de sus dianas han sido fuera del área y el 60 en el interior. Es decir, que tan pronto arma su disparo desde lejos como es capaz de mostrarse resolutivo en la zona caliente de los delanteros.

"Gracias a la afición porque ya me deja sin palabras", comentó ayer el delantero

Su incidencia con los tiros lejanos se la debe de manera exclusiva a la tremenda habilidad que ha mostrado esta temporada en el golpeo a balón parado. Tres de ellos los anotó de manera directa (y bellísima) ante Atlético de Madrid, Deportivo y Sevilla. Además, el gol del pasado sábado contra el Valencia casi se puede considerar otro más, puesto que fue al rechace de una falta propia cuando conectó un buen lanzamiento exterior ante el que no pudo hacer nada Diego Alves tras rozar en Mangala. Lo mismo se puede aplicar al autogol de Wass en la derrota en Balaídos, puesto que el danés introdujo en su propia portería una falta muy envenenada de Sandro que intentó despejar.

A Sandro se le ha resistido lo de hacer un doblete -lo consiguió en el nefasto partido de Copa contra el Córdoba, con los que suma una docena oficiales este año-, aunque el 80% de sus tantos llegaron en encuentros en los que su equipo sumó triunfos, mientras que sólo dos cayeron en saco roto, en el Vicente Calderón y en campo del Sevilla. Y quizá la única mácula de su repartida aportación pueda ser que no anotó ningún gol bajo el mandato de Gato Romero, si bien estuvo lesionado en siete de esos diez duelos (con el charrúa de técnico hizo esa falta ante el Celta que Wass mandó a su propia red). Con Míchel lleva tres en siete encuentros y con Juande Ramos siete en 16.

Es normal que La Rosaleda ande enamorada de su fútbol, igual que él, que volvió a compartir con ellos el ser el MVP del partido. "No éramos 11, éramos 12. Ese aliento nos da ese plus de motivación para seguir creciendo. Gracias porque ya me deja sin palabras la afición", comentó ayer el canario, quien reconoció "un poco de fortuna en el segundo gol" y doblemente feliz por la positiva repercusión de sus tantos en la situación clasificatoria: "Estoy muy contento porque casi siempre que marco gana el equipo, eso es importante".

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