A veces las estadísticas suponen una bofetada de realidad o un lacre a una buena tendencia. Tristemente, este Málaga está más cerca de lo primero que de lo segundo. Porque las cuatro derrotas consecutivas que acumula (Sevilla, Córdoba, Celta y Real Sociedad) le acercan a una época que no gusta recordar y que retrotrae a tiempos peores: de sumar otra más, igualaría las cinco derrotas consecutivas que hizo Manolo Hierro a finales del campeonato 05/06. Desde entonces no se hilaban tantos tropiezos seguidos.
Este demérito está equitativamente repartido entre Juande Ramos, que encajó las dos últimas de 2016, y el Gato Romero, que firmó las dos primeras de este año. Ni qué decir tiene que evitarlo obliga a una machada en el Santiago Bernabéu.
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