Cuando con Juande Ramos se ganaba en casa y se perdía fuera casi por costumbre, una máxima se instalaba en el vestuario blanquiazul: "Tenemos que aprovechar la inercia del triunfo en La Rosaleda para romper la racha como visitante". Pero no ocurría. Con el Gato Romero es la primera vez que el equipo puede plantearse esa premisa. Pero con la base de mejores fundamentos. Y es que este Málaga está consiguiendo un juego consistente tanto en casa como fuera. Con el asterisco del tiempo que ha tardado en llegar la primera victoria, aunque no se ha visto una lanzadera como esta en toda la temporada. Ipurúa es un campo tan complicado como una oportunidad inmejorable para volver a propulsarse hacia los puestos nobles de la tabla.

Tabla del Eibar-Málaga

Además, llega una semana con tres partidos (Eibar, Betis y Athletic). Los equipos que sean capaces de sacar buena tajada pueden ver sus objetivos más cerca. Y el del Málaga es alejar definitivamente el descenso, dejar de vagar por la tabla y encontrar una vía hacia, al menos, la séptima posición, que podría dar premio extra si el Barcelona vence al Alavés en la final de la Copa del Rey, nada descabellado.

El equipo blanquiazul se abrazó a la mejora del juego para que la conjura ante Las Palmas derivara en los tres puntos. Ahora puede presumir de la confianza que suponen las victorias hiladas desde el buen juego. Si bien igualmente existe un argumento que pone a prueba los escudos. Sin José Rodríguez y Camacho, ambos sancionados, toca inventar casi de la nada un doble pivote. Las posibilidades más lógicas sitúan a Pablo Fornals y Diego Llorente como pareja de emergencia. La otra opción posible pasa por retocar ligeramente la táctica: el Gato jugaría con un solo medio centro y una línea de cuatro por delante. El escenario más remoto ubica a Demichelis como medio centro, como ya hiciera en algunas etapas de su vida -sin ir más lejos, Manuel Pellegrini probó ocasionalmente esa solución-. No obstante, eso de modificar una línea del campo para corregir otra no suele ir en el manual de los entrenadores, menos cuando Demichelis y Luis Hernández han apagado todo el fuego que había en defensa.

Sin descartar que el Gato podría sorprender ahí, la idea pasa por respetar en la medida de lo posible el armazón que ha traído las buenas sensaciones del último mes. Quizá podría entrar el recuperado Ricca, adelantar a Juan Carlos y ubicar a Chory Castro en la mediapunta, si bien lo más lógico es que Duda entre por detrás de Charles.

Lo que resulta más que seguro es la presencia de Keko en la banda derecha. Una zona que se ha correteado infinidad de veces con la camiseta azulgrana y que le catapultó hacia el Málaga. Precisamente volverá a Ipurúa en el momento en que más se parece a esa versión, la versión por la que el Málaga no dudó en apostar casi cinco millones de euros. Que estará enchufadísimo y con unas ganas locas de hacerlo bien puede ser un gran arma. No sólo por la motivación propia, sino por el miedo que pueda crear en un equipo que lo conoce a la perfección.

Aunque, para colmillo, el de Charles. Ha vuelto hecho un lobo hambriento el brasileño. Quizá en su lesión de rodilla vio tan cerca que el tren del fútbol se le podía escapar que ahora se aferra con uñas y dientes. Dos goles consecutivos suyos han dado cuatro puntos, una respuesta inmejorable en pleno debate de la sandrodependencia. Con el canario en la vuelta de la esquina para reaparecer, esta noche quiere volver a demostrar que él ha vuelto para quedarse en el once titular. Si es con más goles, mejor que mejor.