Que el resultado y los puntos no engañen. La euforia está justificada, es un impulso que alienta a seguir y que da confianza. Primera victoria a domicilio y portería a cero. Pero el equipo sigue teniendo dificultades para generar ocasiones. Para cubrir eso, apareció el trabajo de Keko, Chory Castro o Borja Bastón.

La fe de Keko debe servir a gran parte de la plantilla como ejemplo. Al extremo le cuesta encarar, más aún desbordar, pero no deja dudas sobre su compromiso y esfuerzo. Ayer tuvo premio, provocó el error del rival y todo se desencadenó en la pena máxima que abriría la lata. Como en otros casos dentro del once ya establecido, el trabajo tiene su recompensa. La de Keko, el reconocimiento.

Lo del Chory Castro es de manual. Regresó de las catacumbas para liderar a un equipo defenestrado. Controla los tempos del juego y muestra un tono físico impropio de su edad. Ayer, volvió a cazar en el área. Tercera diana. La de Borja Bastón fue la segunda, que también anduvo pillo para provocar el penalti del 0-1, aunque falló el segundo.

Roberto sigue siendo un seguro. Tuvo que aparecer en un par de ocasiones para frenar que la Real se creyera capaz de reaccionar. La pareja de centrales también tuvo un repunte favorable, más segura y sin errores. Peor estuvieron los laterales, Rosales y Diego, que fueron autopista para los locales.