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"Una lástima que acabe"

  • Míchel, "tremendamente satisfecho" por la situación del equipo

  • Puerta abierta con Sandro: "Cada vez le hace más tilín la opción de quedarse aquí"

Míchel le pasa el esférico a Adrián Ramos para que saque de banda.

Míchel le pasa el esférico a Adrián Ramos para que saque de banda. / álex cámara

Quién le iba a decir al Málaga que iba a terminar la temporada deseando que no acabase. Mirando atrás, el suplicio fue terrible. Fijándose en el presente, las sensaciones son casi inmejorables. Así lo ve Míchel, hombre clave en la reacción, que celebró la salvación matemática de su equipo. "Cuando vinimos la situación era complicada, no sé si los temores alcanzaron a la gente, pero nosotros no nos lo podíamos permitir. El equipo está muy bien ahora, es una lástima que acabe la temporada", confesó el técnico del Málaga.

Y es que a Míchel lo único que le apetece ahora es "refrendar el trabajo del grupo", apenas minutos después de certificar la salvación en Primera que, por el contrario, deja hundidísimo al Granada. Por eso Míchel tuvo un mensaje cariñoso con el cuadro nazarí: "El sabor es agridulce porque ves a compañeros de profesión en un momento tan delicado como el del Granada".

Aunque el mensaje más ilusionante para la afición es el que dejó el técnico madrileño en una de sus últimas respuestas. Cuestionado por la continuidad de Sandro -que firmó otro partidazo-, el míster blanquiazul aumentó la esperanza del aficionado. "Es el jugador el que tiene todas las cartas en la mano. El club está haciendo un gran esfuerzo a través de la dirección deportiva. Todos sabemos que queremos contar con Sandro y a él cada vez le hace más tilín la opción de quedarse", aseguró en su comparecencia ante los medios.

Míchel incidió nuevamente en que "estoy muy contento por la situación de mi equipo, tremendamente satisfecho". Aunque "no se me notan los cambios de humor esto es lo que más me llena".

Como también lo hace la intensidad que pusieron los suyos, que no se dejaron llevar ante un equipo que se jugaba la vida y que, según su opinión, no concedió facilidades. "Lo que hemos hecho es algo que hemos repetido a los chicos en los últimos días, respetar al rival como nos respetamos a nosotros. Más allá de nuestro juego es cierto que en algunas circunstancias pesa mucho la cabeza. A nosotros nos pasó recientemente, las facilidades las hemos encontrado con nuestro juego, pero hemos tenido que meter dos golazos para ganar el partido. Facilidades ninguna", repitió el míster del Málaga.

El equipo terminó jugando con una línea de tres centrales, algo que vino motivado porque "Llorente estaba algo castigado y buscábamos menos esfuerzo y más seguridad". Aun así, Míchel comentó que "nosotros ya hicimos un cambio de sistema cuando cayó Juan Carlos" y que la posición de las piezas no limita en nada a su equipo: "No creo que sea tan importante el sistema sino lo que estaba pasando en el juego, nosotros seguimos teniendo más opciones en ataque".

De la lesión de Juan Carlos, el entrenador malaguista señaló que fue "un golpe en el tobillo fruto de una acción fortuita en la que los dos jugadores van a por el balón". Y, a tenor de las palabras de Míchel, no parece demasiado grave. "Tenemos tiempo para recuperar, pero no queremos perder a ninguno en esta recta final ni con tarjetas ni con sanciones", reconoció.

Por último, Míchel mandó un mensaje a aquellos rumores que dicen que el Málaga bajará una marcha si el Madrid termina jugándose la liga en La Rosaleda: "Esos comentarios no me van a descalificar ni a animar a nada. Prefiero hacer el pasillo antes que la puñeta, pero soy un ganador. Espero que antes de esta jornada esté todo decidido. Los comentarios no me importan".

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