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A los leones

  • El Málaga, y en especial Míchel, se juegan muchísimo ante el Athletic tras perder los cinco partidos previos

  • El técnico podría probar por primera vez la dupla Rolan-Borja Bastón arriba

Míchel da una indicación a sus jugadores en el entrenamiento de ayer por la mañana.

Míchel da una indicación a sus jugadores en el entrenamiento de ayer por la mañana. / javier albiñana

A los leones. Ahí echan esta tarde al Málaga, y en especial a Míchel. La arena de La Rosaleda dictará sentencia sobre si tiene o no paciencia y confianza. De entrada, habrá un recibimiento por todo lo alto, el que es propio de ambientes muy eufóricos o que demandan bastante cariño. La derrota presagiaría tormenta, y no habría una victoria tan revitalizante como mandar a un león a la lona.

A los leones. Porque viene el Athletic, el que asume el auténtico apodo leonino y no el que a la fuerza intenta instaurar Al-Thani. La leyenda que da pie a ese seudónimo data del siglo III, así que huelga hablar del calado que tiene. En cambio, el dueño del Málaga, un apasionado de la simbología que ostenta el rey de la selva, lleva meses, sin apenas apoyo, intentando hacer ver que ese es el animal con el que se tienen que identificar sus jugadores. No consiguió ni conseguirá acabar con los boquerones, pero ordenó que un león fuera serigrafiado en la segunda equipación de esta temporada.

Al-Thani intenta instaurar a la fuerza un apodo que tiene siglos de arraigo en el rival

A los leones. Como en el circo romano, abarrotada hasta la bandera se espera ver La Rosaleda. Es la primera vez esta temporada que el equipo no juega en casa un lunes, así que el día y la hora invitan a crear un ambiente mágico que meta el primer gol, algo que hace bastante falta habida cuenta de los problemas anotadores que está presentando el equipo blanquiazul.

Para no perder la costumbre de la semana, Míchel traerá una nueva remesa de cambios. Por rotación normal y por la búsqueda de nuevas ideas que den más frescura al equipo. Una esperada flota en el ambiente: la coexistencia de Rolan y Borja Bastón en la punta de ataque. El uruguayo apuntó maneras y versatilidad en el Wanda y en Mestalla, ha dinamizado el juego arriba; el delantero madrileño podría ser el gran beneficiado de su presencia, ya que no tendría que abandonar tanto el área, donde realmente hace daño, y evitar el desperdicio de kilómetros sin balón bajando a la medular a recibir o cayendo a las bandas.

En los flancos también se esperan novedades. Podría ser que Miguel Torres fuera el tercer lateral derecho distinto esta semana. Con Rosales en alarmante baja forma y Cifu de parche en Mestalla -el técnico lo dejó fuera de esta convocatoria-, el madrileño podría aportar más sobriedad. Y, aunque también menos profundidad, lo que requiere ahora mismo Míchel es más estabilidad en la zaga. Con Baysse habrá mayor veteranía, puesto que Diego González sigue renqueante y necesita descanso. Siete años más vendrán de golpe y porrazo a la zaga. Irónicamente, podría ser que Cuco Ziganda optara por Iñaki Williams en lugar de la experiencia de Aduriz. El peligrosísimo goleador vasco acabó renqueante contra el Atlético de Madrid y todo apunta a que partirá desde el banquillo, lo cual apenas supone un alivio aéreo y de puntería, pues la velocidad de Iñaki Williams y las diabluras de Muniain, quien ha arrancado el curso a tope, pueden hacer daño en una defensa nerviosa.

Es un partido complicado, más aún cuando el casillero no contempla ningún punto en cinco jornadas. Así que apenas cabe pararse en atenuantes, coartadas o excusas: el Málaga debe ganar esta tarde sí o sí si no quiere verse metido en un lío muy pronto. Míchel, aunque sabe que en su mano solo está trabajar y motivar, podría estar jugándose el puesto en función de lo que ocurra esta tarde y cómo.

Sea como sea el camino hacia la victoria y con qué piezas arranque el entrenador, queda claro que toca domar los nervios. Pero puestos a domar, mejor que sean leones.

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