El sí y el no son conceptos relativos en el Málaga. Los acuerdos sólo son tales cuando Abdullah Al-Thani así lo decide. Da igual quién negocie qué, todo está siempre pendiente de un hilo que sostiene el presidente y que nadie en la entidad acierta a comprender. Ha vuelto a suceder. El plan A está desbaratado por el momento y no tiene visos de arreglarse.
Dicho de otra manera, después de que se llegase a un acuerdo total con Juan Ramón Muñiz para hacerse cargo de la parcela deportiva del Málaga, el jeque cambió de parecer y desoyó a sus consejeros. Al-Thani no quiere entregar al asturiano la dirección deportiva y quiere que sea el propio club quien encuentre a un sustituto para Mario Husillos. Al técnico le ofrece sólo la posibilidad de sentarse en el banquillo.
Esto dinamitó la operación en el día de ayer. Al cierre de esta edición, la postura de Muñiz era la de romper negociaciones, tal y como confirmaron fuentes del Málaga a este diario. La última bala que manejaban en Martiricos era que Joaquín Jofre, abogado del club malacitano, lograse convencer a Al-Thani acerca de su postura con respecto a Muñiz en la última reunión que ambos tenían previsto mantener en Doha anoche.
Muñiz, que ya dijo que no dos veces a las ofertas del Málaga para volver a entrenar al equipo blanquiazul, se replanteó la situación cuando Mario Husillos decidió marcharse tras la negativa del jeque a fichar a Lucas Alcaraz. Ben Barek y Benítez pasaron a un papel relevante y Al-Thani quiso escucharles para ver qué dirección tomar. Ahí surgió de nuevo el nombre de Muñiz, cuyas dudas para sumarse al proyecto pasaban por saberse poseedor de plenos poderes en la parcela deportiva. Básicamente no quería que el proyecto estuviese en manos de los caprichos del jeque, que ahora está sufriendo en carne propia.
Lo económico no era un problema, la duración tampoco, sólo pretendía una cierta tranquilidad para poder reconstruir un equipo recién descendido y con varias decenas de operaciones por hacer en este verano.
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