Málaga C.F.

Las raíces de los Sessolo

  • Diego, delantero suizo de madre malagueña, apenas estuvo una temporada en el Málaga Su hijo casi recala en el club la temporada pasada y ahora es la gran estrella del equipo de Celestini

Aún existen historias dentro del malaguismo que no han sido contadas. La memoria, frágil e inoportuna, borra a veces momentos de la vida de una institución como la blanquiazul. Hace ya más de 30 años, hubo un jugador que aterrizó muy joven en Málaga. Su nombre era Diego Sessolo.

Diego Sessolo hoy en día es adicto al fútbol. El suizo, de madre malagueña, está cerca de cumplir 51 años en su país natal. Allí ha sido entrenador de equipos como el Meyrin y el Le Mont. Fue el director de cantera del prestigioso Servette y en estos momentos trabaja como director deportivo de un equipo de la categoría de bronce de la liga suiza. Alejado de los focos, todo hace indicar que su relación con Martiricos acabó, pero nada más lejos de la realidad.

En el verano de 1984, el Málaga realizó cuatro fichajes: Mikanovíc, Tello, Zambrano y un joven de 19 años llamado Diego Sessolo, el cual llegaba con la carta del libertad desde el Servette. Por aquel entonces era denominado el oriundo Sessolo, debido a que aprovechó la nacionalidad de su madre para jugar en las filas del Club Deportivo Málaga que dirigía Antonio Benítez, actual consejero consultivo de la entidad. El jugador era considerado un delantero prometedor y con gran potencial al que la suerte no le sonreiría.

Su etapa en el Málaga fue fugaz, apenas reconocible para un aficionado normal de aquellos tiempos. Su estancia sería de tan solo un año. La pretemporada que realizó en las filas blanquiazules sorprendió a Benítez: "Estuvo muy poco tiempo aquí, pero yo pienso que podría haber jugado en el Málaga perfectamente porque tenía unas condiciones fenomenales para ser delantero. Era muy joven, muy rápido, tiraba bien a puerta con las dos piernas". El propio Diego recuerda coincidir con Gallardo, Goikoetxea, los hermanos Hierro y el yugoslavo Mikanovic, de los que aprendió mucho fútbol. Finalmente aquel año, el CD Málaga acabaría bajando a Segunda.

La fortuna no acompañaría a Diego, ya que un problema con el pasaporte de su madre le impediría ser denominado oriundo y ser inscrito con el primer equipo ese mismo año. El propio Benítez reconoce que el jugador fue cedido al Antequera por esta situación. Aquel el movimiento y una dura lesión de rodilla obligó a Sessolo a volver a su país para recuperarse y retirarse pocos años después como jugador de fútbol, aunque recuerda haber coincido con Maradona en un Mundial de fútbol indoor antes de su retiro. Juan Carlos Pérez, médico actual del club, le recordaba cariñosamente como "el mejor delantero que hemos tenido" cuando más de una vez volvió a visitar a su familia, que aún reside en la Costa del Sol.

Hasta ese punto se podría decir que su historia se desligó del color blanquiazul, pero aún no había terminado. Uno de los entrenadores que formó en Suiza fue Fabio Celestini, ex segundo entrenador del Málaga hace dos años y actual técnico del Laussanne Sport, equipo en el que milita uno de los hijos de Diego, Helios, junto a un mítico de la Liga, el Rifle Pandiani.

El propio Diego admite que su relación con Celestini era y es "maravillosa" y que durante la estancia en Málaga de Fabio y Bernd Schuster ambos le sugirieron a Sessolo que fuera el tercer entrenador de la entidad blanquiazul, algo que no terminó cuajando ya que los problemas con Celestini aparecieron poco después y el tema se enfrió.

Al igual que hizo Diego en su día, la carrera futbolística de su hijo Helios puede estar lejos de su Suiza natal. El mediapunta, capaz incluso de jugar de interior, es internacional suizo en casi todas las categorías inferiores. El joven aún puede elegir jugar con la absoluta de Italia, España o Suiza. Ha sido pretendido por equipos como Sevilla, Espanyol o Hamburgo. Su padre le recomendó a Celestini que lo probara en Málaga pero su marcha impidió tal reto.

El técnico del Laussanne reclamó precisamente a Helios para su equipo tras quedar libre de contrato. "Tú puedes jugar en el Málaga con los ojos cerrados", le dice Celestini al joven suizo de 22 años, que cree que ésta será su última etapa en Suiza antes de probar fortuna en el extranjero. Su padre sabe que es difícil: "No quiero meter presión a mi hijo. Sé que tiene calidad. Si fuera argentino o jugara allí ya estaría en las grandes ligas de Europa". La vida de los Sessolo ha estado siempre ligada con un hilo a la blanquiazul y quién sabe si su hijo puede tomar el tren que su padre perdió hace ya más de 30 años.

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