Málaga C.F.

Un sinfín de diamantes

  • En su historial, un centenar de jugadores en la élite

Pablo Fornals y Javi Ontiveros celebran el gol del castellonense.

Pablo Fornals y Javi Ontiveros celebran el gol del castellonense. / javier albiñana

La carrera de Manel Casanova como captador de talento acabó en Málaga. Aquí dio sus últimas clases magistrales, dio las últimas muestras de poder, de selección, de brillantez. Ha sido una pieza importantísima en la supervivencia del Málaga en la élite en los últimos años con ese constante goteo de canteranos que alcanzaban a abrir la última puerta hacia el foco futbolístico.

Desde Fabrice a Álex Mula. Entre ellos un sinfín de chavales que emergieron desde la base y que sostuvieron al primer equipo. De él, como muchos apuntan, brilla su sencillez, su calma y su confianza. Él era capaz de ver el potencial real de los jugadores y, por muy mal que pintara la situación, pedía tiempo para que el diamante sacara su brillo. El caso de Ontiveros, al que repescó del Real Betis tras un altercado en la residencia blanquiverde, es definitorio. Casanova veía lo que podía ser Onti en un futuro si se conseguía centrar y encauzar. Así fue. "Yo le disculpaba lo que había pasado con el Betis. La idea era repescarlo sí o sí. Entramos muy bien con sus padres y con él siempre hemos ido por delante, le atamos en corto. Lo hicimos profesional muy pronto. Siempre nos ha gustado y ha sido un jugador diferente. Lo que pasa es que es un chico que hay que entenderlo, tiene sus altibajos y no sólo sobre el césped. El mérito es saber llevarlo. El que convive con él cada día sabe de qué hablo, otra historia", explicaba Casanova a este periódico cuando debutó el marbellí el pasado noviembre. Seguramente vio aquel día que sería capaz de hacer goles en Primera como aquel que derrotó al Deportivo en La Rosaleda la pasada temporada. Era un adelantado para la época en la que estaba.

El Málaga le homenajeó ayer y el Espanyol lo hará hoy aprovechando el dedicado a Jarque

El último acierto parece ser el de Álex Mula, al que trajo desde el Espanyol hace varias temporadas. Un jugador que ha necesitado tiempo y madurez para alcanzar lo que parece que está a punto de conseguir, debutar en Primera División. Antes fueron Ontiveros y En-Nesyri, antes Fornals, antes Darder, Frabrice Olinga... Juntos a los Castillejo, Juanpi o Samu que ya estaban en el club. Y por detrás aún pelean otros como Deco, Kuki Zalazar -cuya cesión al Cartagena está pactada-, Samu Casado, Álex Robles, Matyas Tajti o José Carlos.

Pero su herencia está plasmada en Barcelona. Allí estuvo durante 35 años, tiempo suficiente para elevar a un centenar el número de jugadores que logró hacer profesional, a los que captó siendo infantiles, cadetes o juveniles, y a los que acabó llevando a la élite en el Espanyol. Gran parte del éxito del club perico en su época reciente tiene el sello de Casanova. Los años de felicidad, como aquella Intertoto con Sergio González, Quique de Lucas, Joan Capdevila y Raúl Tamudo, cuatro jugadores con el sello del captador catalán.

Las muestras de cariño por Manel Casanova han llegado con la misma intensidad desde Málaga y Barcelona, en ambos clubes ha sido, es y será una institución. Pese a que en Málaga solo estuvo un tercio de lo que estuvo en la ciudad condal, se le recordará como uno de los activos más importantes con las siglas de Club de Fútbol. De hecho, en ambas casas se le dará homenaje. El Málaga, con toda La Academia presente, le organizó un minuto de silencio en La Rosaleda. Plantillas, cuerpos técnicos, trabajadores de los diferentes departamentos e insignias como Ben Barek, Antonio Benítez, Martín Aguilar, Miguel Calzado o Basti. El club perico aprovechará hoy el homenaje anual a Jarque -cada 8 de agosto- para recordarlo. El entierro será hoy en su Barcelona natal a las 16:00 horas. Descanse en paz, Manel Casanova.

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