El fútbol se ha vuelto nómada, está complicado echar raíces en el mismo sitio. Así se escribe la historia contemporánea del Málaga, donde pocos son los elegidos que han podido enlazar una carrera dilatada. Las habituales malas coyunturas económicas han convertido en la entidad de Martiricos en un club donde el que destaca suele salir vendido y de mucho trasiego de jugadores cedidos. El resultado se puede comprobar echando un vistazo a los números de partidos. Roberto Rosales se salió el pasado sábado de la norma al convertirse en el vigesimoprimer centenario en Primera como blanquiazul.

Es noticia porque implica una continuidad de la que no todos pueden presumir. De hecho, entre esos 21 que han jugado al menos cien encuentros de élite con el Málaga sólo cinco están en activo: el venezolano, Duda, Camacho, Recio y Kameni. Más el asterisco de Weligton, que sigue con contrato pero que está dado de baja federativa hasta el 30 de junio para que Peñaranda pudiera ser inscrito en la LaLiga con su plaza de extracomunitario. Ahí están el brasileño y el portugués para dar ejemplo con 217 y 313 partidos respectivamente, aunque no es la norma.

Ojear la tabla histórica permite subrayar la etapa más gloriosa que se ha vivido en la élite. Nada supera la participación en Champions y hay que resaltar que la actual es la época con mayor continuidad en la élite -en cuanto se confirme la actual permanencia, serán diez años seguidos en Primera-, pero el proyecto que enlazó mayor continuidad fue el comandado por Joaquín Peiró en la vuelta a Primera: Fernando Sanz, Gerardo, Gato Romero, Sandro, Darío Silva, Dely Valdés, Contreras, Roteta y Edgar están ahí en las primeras posiciones para corroborarlo. También gente como Valcarce, Arnau o Jesús Gámez, pero estos más bien habría que considerarlos híbridos porque tuvieron un recorrido posterior que les hizo enlazar con proyectos como los de Juan Ramón Muñiz o Antonio Tapia en Primera.

Del pasado reciente apenas quedan Eliseu, Weligton o Caballero. Y es que se está poniendo muy difícil lo de ser un referente en un proyecto blanquiazul.

Rosales no sólo es noticia por colarse en ese selecto club, sino por la rapidez en conseguirlo. Es uno de los más madrugadores en conseguirlo junto a tipos como Dely Valdés, Sandro, Roteta, Caballero y Contreras. La media de partidos por año del venezolano supera los 34, de ahí que apenas haya necesitado algo menos de tres temporadas para lograrlo.

En todo este tiempo, sólo una lesión le privó de jugar. Fue en la antepenúltima jornada del pasado campeonato, contra el Levante. Sufrió un esguince de tobillo que le obligó a ser sustituido y que evitó que disputara los últimos dos encuentros. Además, ya no había nada en juego para el Málaga y el futbolista quería recuperarse bien para disputar la Copa América Centenario. Esta campaña, en Ipurúa, sufrió su única expulsión como malaguista. Otro dato que habla a la perfección de su capacidad física y su incidencia en los entrenadores que ha tenido es que en sus cien encuentros fue como titular y sólo cuatro veces acabó sustituido.

Habrá que esperar bastante tiempo para encontrar otro socio nuevo que añadir al club. Del actual plantel, los siguientes con más partidos son Miguel Torres, con 57, y Juanpi, con 56.