REAL MADRID | MÁLAGA CF

El valor justo

  • El Málaga va al Santiago Bernabéu con idea de evitar que este sea un potro de tortura

  • Cada punto es importantísimo, pero se comprende el escenario

  • El Real Madrid, sin Ramos ni Asensio

Los triunfos ante Celta y Deportivo marcan el camino a seguir. Y cómo fueron, el camino que habrá que sufrir. El Málaga tiene absolutamente claro que cada punto tendrá que llegar a través de sudar sangre minuto a minuto si quiere, por lo pronto, arreglar en parte el desaguisado que está siendo esta primera vuelta. Fuera de su casa aún no sabe lo que es ni hacer un gol, así que la visita de hoy es de esas que hacen tragar saliva. Espera el Santiago Bernabéu (16:15, BeIN LaLiga), donde nunca ganó. El escenario no tiene mucho atractivo, no es plato de buen gusto a estas alturas, pero la necesidad aprieta y la idea es sacar puntos de debajo de las piedras antes del mercado invernal.

La semana se presenta asfixiante por los antojos del calendario. Hoy, Real Madrid. Miércoles, Numancia. Viernes, Levante. Y pese a que lo que llegará después sí será por fin aquello que el Málaga considera de su liga, sería un error tremendo poner la cabeza más allá de las 16:15 de esta tarde.

Los precedentes son los que son, pero el equipo se va planteando objetivos para ir superándose a sí mismo. La victoria del Eibar ante un Betis paupérrimo el pasado lunes evitó que los de Míchel afrontaran este choque a un solo punto de la salvación, pero al menos suma ya dos triunfos casi consecutivos y ante la ausencia de juego se encomienda al regreso de nombres propios que ya dieron un golpe sobre la mesa el pasado domingo. Casos de los cambios ante el Deportivo: Ontiveros, Juanpi y Borja Bastón. Dos asistentes y un goleador.

De los canteranos y el ariete se venía esperando mucho desde principio de temporada. Los ya conocidos escarceos de Ontiveros le costaron quedar fuera del equipo y, al regresar, no terminó de convencer. Su energía y la certera picadita para la aparición de Chory Castro invitaron a creer en él, como el gran pase del últimamente desaparecido Juanpi Añor para que Borja Bastón rompiera una sequía de 400 días sin marcar en partido oficial.

"En 30 minutos tuve más ocasiones que en toda la temporada", decía esta semana el ariete en una entrevista para Málaga Hoy. Algo debió cambiar en ese sentido, mucho gracias a la aportación tanto de los mencionados como de Diego Rolan, reintegrado al 100%, o incluso Chory Castro, al que se tenía poca fe hace meses y esta semana se reincorporaba el miércoles a los entrenamientos después de hacer un derroche monumental de energía hasta reconvertido en medio centro por las necesidades del equipo.

Claro, todo lo que se alabe o rescate puede quedar anulado cuando el siguiente partido es en Madrid. No se esperan cambios más allá de la vuelta de Recio, la posible entrada de Diego González o quizá Borja Bastón para buscar una referencia en lugar de Peñaranda. Míchel descartaba una defensa de cinco por falta de efectivos y el 1-4-4-2 ha venido funcionando en los últimos años para blindar y buscar superioridades en la presión en lugar de acumular por acumular.

Lo cierto es que el Real Madrid está en uno de esos momentos donde los gigantes no parecen tan grandes. Lleva 270 minutos sin encajar gol, pero justo antes cayó en Champions con el Tottenham y se dio de bruces con un trabajadísimo Girona en Montilivi. Y del mismo modo sabe lo que es perder en el Bernabéu, fue con el Betis -el mismo que recibía cinco en Ipurua hace días-. Ahora, sin el enmascarado Sergio Ramos ni Marco Asensio, que anda entre algodones, intenta evitar que su desventaja respecto al liderato del Barcelona siga creciendo.

Del conjunto blanco se han venido cuestionando muchas cosas. No mueve su esquema Zidane, que ha dado a Isco el papel de líder mientras el físico aguante. Rota poco, en parte por las bajas, aunque ahora recupera a Kovacic además de Keylor Navas mientras sigue esperando a Gareth Bale. Son nombres, nombres y más nombres. Sin estar en su pico de nivel y forma, el roster impresiona. Por eso el Málaga, que quiere evitar que el Bernabéu sea un potro de tortura, comprende que los puntos son necesarios. Todos. Sin excepción. Pero también se comprende que puede importar más la cara dada que el marcador. A este se le dará el valor justo.

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