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El CIO Mijas, casi tres años de abandono

  • Los trabajadores, que acumulan 31 nóminas sin cobrar, preparan una querella criminal contra altos cargos de la Junta de Andalucía por el impago

Trabajadores del CIO Mijas.

Trabajadores del CIO Mijas. / fotografías: e. moreno

Noviembre de 2014. Con la actividad formativa totalmente paralizada, la residencia de estudiantes vacía y el hotel con la bajada de ocupación propia de esa época del año, el Centro de Formación Integral de las Industrias del Ocio (CIO Mijas) acabó la temporada sin saber si reabriría nuevamente. Un año después cerraría sus puertas el hotel Calamijas, valorado con cuatro estrellas, tras una década de actividad, dejando en estos casi 40.000 metros cuadrados a tan solo cinco empleados en una situación de completo desamparo. A partir de entonces, mientras que la situación se ha ido normalizando en el resto de escuelas de hostelería de la provincia, este resort de formación de la Junta lleva ya tres años sin impartir cursos pese a que fue construido con fondos europeos por más de 40 millones de euros con esa finalidad y los trabajadores acumulan 31 nóminas sin cobrar, una situación más que insostenible para estas familias que cada día se ven obligados a acudir a sus puestos de trabajo, con el gasto que ello supone dada la situación, pese a no tener ninguna tarea que realizar.

Lejos queda ya la frenética rutina de las cocinas, el trajín de alumnos, los nervios del primer día, cursos, conferencias y toda actividad propia de un centro considerado de referencia nacional por el que han pasado cerca de 3.000 alumnos y otros 2.600 en cursos para desempleados hasta que todo empezó a torcerse. Inés Pimentel, una de las trabajadoras afectadas, fue además alumna de la primera promoción, "cuando aún no existía el edificio y estudiábamos en aulas prefabricadas", según recordó hace unos meses. Vio crecer desde cero un centro de referencia en el municipio, pero ahora lo ve deteriorarse poco a poco debido a la falta de mantenimiento. Mientras que en el interior parece como si el tiempo se hubiera detenido, aún hay sillas empaquetadas y cajas y estanterías llenas de útiles de cocina esperando ser utilizados, y en el exterior la mala hierba no para de crecer, lo que le da aún más aspecto de abandono. Y en la piscina, donde el color del agua ya lo dice todo, cohabitan patos, ranas e incluso culebras. Por sus pasillos e instalaciones desérticas, en cambio, ya solo pasean cinco empleados públicos, cansados de "promesas incumplidas", y los liquidadores, ya que incluso le fue denegada la entrada al centro a los periodistas.

"¿Van a esperar a que pase algo gordo o nos llevemos un buen susto para que actúen?"

La falta de vigilancia de las instalaciones también se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los empleados después de que el pasado mes de enero alertaran por primera vez de la presencia de okupas en una de las habitaciones del hotel, y más recientemente, el pasado jueves, denunciaran ante la Guardia Civil de la existencia de puertas rotas y abiertas. "¿De verdad hay que esperar hasta que pase algo gordo o nos llevemos un buen susto para que actúen?", se cuestiona Juani García, una de las trabajadoras afectadas.

Abril de 2017. Tras más de dos años sin cobrar sus nóminas y la incertidumbre de no contar con una respuesta sobre su futuro, los trabajadores aseguran sentirse "cansados" ante una situación que consideran de "absoluto abandono". Tampoco las últimas reuniones entre la Junta y el Ayuntamiento parece aclararles mucho, solo alargar un poco más la situación. El único rayo de luz proviene de las dos últimas sentencias en las que el juzgado da la razón a una de las trabajadoras afectadas y señala como responsables subsidiarios del impago de las nóminas atrasadas a ambas administraciones. "Si la Junta no paga es porque no quiere, no porque no puede", sentenciaba hace unos días el abogado que representa a los trabajadores, Jordi Ventura.

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