turismo

La Colegiata emerge sobre la noche de Ronda

  • Las cornisas del templo también serán visitables a partir del próximo 7 de marzo

  • Desde la parte alta se ve buena parte del casco urbano y las sierras próximas

Vista nocturna de la Colegiata iluminada.

Vista nocturna de la Colegiata iluminada. / j. flores

La oferta turística de Ronda incorporará a partir del próximo 7 de marzo la visita a las cornisas de la Colegiata de Santa María la Mayor, el mayor templo de la ciudad, y desde el que puede apreciarse buena parte del casco urbano rondeño y de las sierras que rodean a la ciudad del Tajo.

Aunque para disfrutar de las nuevas vistas sobre la ciudad todavía se tendrá que esperar, la actuación realizada sí que aporta la una novedad, una vez que el alumbrado artístico que se ha instalado ha sido instalado y encendido, recuperando durante la noche toda la dimensión de la principal iglesia de la ciudad, que debido a su situación en la zona elevada del casco histórico es apreciable desde diferentes puntos del casco urbano.

Hasta ahora, llegada la noche, únicamente podía apreciarse el campanario de la iglesia, que era el único dotado de iluminación nocturna, mientras el resto del templo, curiosamente de mayores dimensiones que la propia torre del campanario, se perdía entre la oscuridad de la noche, algo que ya ha dejado de suceder.

Ahora, desde los diferentes miradores de la ciudad se pueden apreciar la totalidad del templo y sus dimensiones, ya que cuenta con iluminación en toda la parte superior, precisamente, la que sobresale entre los tejados de las casas del casco histórico.

De este modo la ciudad suma uno de sus principales monumentos completamente iluminado durante la noche, que se unirá a otros que ya lo estaban, como las murallas de la ciudad, el Tajo y el Puente Nuevo o la iglesia del Espíritu Santo.

Mientras tanto, rondeños y turistas podrán disfrutar de una visión diferente de Ronda y del propio templo de Santa María a partir del próximo 7 de marzo, estando previsto que sea el propio Obispo de Málaga, Jesús Catalá.

En cuanto a la actuación en sí, ha sido dirigida por el arquitecto rondeño, Sergio Valadez, que diseñó un proyecto basado preservar el monumento, hasta el punto de que se trata de una estructura desmontable que en cualquier momento puede ser revertida a su estado original, diseñada en colores parecidos al de la piedra exterior, hasta el punto de pasar prácticamente desapercibida desde el exterior.

Las especiales formas de este entarimado permitirán al turista poder sentarse a contemplar el paisaje sin la necesidad de utilizar ningún tipo de elemento especial, ya que la propia estructura cumple las funciones de banco al tener forma escalón.

Por otra parte, se ha pensado que en la parte superior no se vea ningún tipo de cableado, que irá introducido por el interior de la propia barandilla o en el interior de la tarima de madera.

La escalera de caracol por la que se sube a las cornisas será reparada y puesta en valor, habiendo recurrido para ello a la confección de un mortero de idéntico color al que se utilizó en su momento, algo que ha sido posible gracias a un laboratorio de Sevilla que se encuentra especializado en crear morteros a la imagen y semejanza de las muestras que le son remitidas. Otro de los elementos utilizados para evitar el posible impacto es el instalar una barandilla que tendrá el mismo color de la piedra de la pared, para que de este modo se camufle con su entorno.

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