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La carrera más 'embriagadora'

  • El I Trail de Ronda realizó un recorrido de 25 kilómetros que discurrió por diferentes bodegas de la Serranía rondeña

Más de 300 participantes tomaron ayer la salida en el primer Trail Ruta del Vino, que contó con un recorrido de 25 kilómetros que discurrieron por caminos de Ronda y Arriate. Los corredores tomaron la salida desde la Alameda del Tajo para dirigirse hacia las cornisas del Tajo y adentrarse en un recorrido salpicado por diversas bodegas, videños y un paisaje natural de gran valor. Encinares centenarios o la garganta del Puente de la Ventilla fueron para del paisaje que tuvieron que cruzar los participanes, que llegaron desde diferentes provincias andaluzas.

La prueba tenía, además del carácter deportivo, un objetivo de promocionar la Ruta de los Vinos de Ronda, sus bodegas y los ya más de 100 vinos que se elaboran en los mismos. Precisamente, hace unas semanas se daba por concluida la vendimia con una uva de buena calidad y de la que se espera que llegue una buena añada. Los participantes tuvieron un total de cinco horas para poder completar el recorrido, que contó con una dificultad media para que pudiese ser asumido sin especiales dificultades. "Es un recorrido muy bonito, muy cómodo, permite disfrutar", señaló uno de los corredores tras llegar a la meta.

Mientras un pequeño grupo de elegidos puso todo su empeño para lograr la victoria, tanto en categoría masculina como femenina, la gran mayoría optó por disfrutar el entorno y los hubo que no dudaron en tomarse una copa de vino en el avituallamiento que les ofrecieron, con brindis incluido, como no podía ser de otra manera. "Si es la carrera del vino nos tendremos que tomar una copita", indicó otro de los corredores mientras servía una de las copas en mitad de recorrido.

En el recorrido se incluyó en paso por el interior de algunas de las bodegas, pudiendo disfrutar del paisaje que ofrecen en estos momentos los viñedos que comienzan a tomar el color cobre típico del otoño. Tras completar el recorrido , cuya meta estaba situada en la bodega Lunares, los corredores tuvieron la oportunidad de participar en un comida en la que también estuvo presente en vino de la zona.

En cuanto a los premios, además de los trofeos, una botella de vino de diferentes bodegas fue el premio que se llevaron los tres primeros de cada una de las categorías, y es que no se trataba de un carrera en la que primase el aspecto competitivo, por lo que no había premios en metálico. Corredores y organizadores mostraron su satisfacción ante esta nueva prueba, incluso, ante la demanda de dorsales que se ha tenido, no se descarta que para el próximo año se plantee un posible incremento del número de inscritos que se admitan.

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