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Más de 3.200 vecinos, en contra de limitar el tráfico en el Puente Nuevo

  • La presión obliga al concejal a dar marcha atrás y decir ahora que no se cerrará a los coches

Transeúntes y vehículos, en el Puente Nuevo de Ronda.

Transeúntes y vehículos, en el Puente Nuevo de Ronda. / blas gil

Los vecinos de las barriadas de San Francisco, Arenal y La Planilla han dejado patente que no están dispuestos a aceptar la regulación de tráfico que en un principio tenía previsto realizar el equipo de Gobierno tripartito (PSOE, PA e IU), y que entre otras cosas supondría, según adelantó la concejal de Tráfico, Paqui González (IU), restringir el número de vehículos que a diario cruzan el Puente Nuevo del Tajo y la calle Armiñán en un 80%.

Esta medida significaría, según consideran los residentes de estas barriadas, dejar incomunicada a una gran parte de los vecinos de la ciudad, que para poder acceder al centro tendrían que recorrer cerca de 10 kilómetros, más otros 10 kilómetros para regresar al punto de origen.

Por ello, más de cien residentes se presentaron de forma inesperada en la noche del pasado jueves en la reunión que se había convocado y en la que estaba previsto que participaran concejales del equipo de Gobierno, técnicos municipales y representantes de la asociación de vecinos.

Ante esta avalancha de rondeños que querían mostrar su disconformidad con estas medidas, fue necesario abrir el salón de Plenos del Ayuntamiento, donde los vecinos expresaron que no estaban dispuestos a consentir las restricciones en la circulación rodada en el casco histórico, ya que "no se han establecido alternativas para nuestros desplazamientos y no vamos a permitir que se nos deje aislados del resto de Ronda", dijeron.

Para ratificar su decisión, se personaron en el Consistorio con las más de 3.200 firmas que han recogido en los últimos días, en las que se muestran en contra de cualquier corte de tráfico, ya sea parcial o total, en el Puente Nuevo. Ante la presión que se vivió en la reunión, la edil de Tráfico tuvo que asegurar que "no se va a cortar el Puente Nuevo", en contra de lo que había venido manteniendo durante los últimos días. Incluso, la alcaldesa, Teresa Valdenebro (PSOE) que se encontraba en uno de los laterales de la sala, junto con otros ediles del tripartito, tuvo que salir en su auxilio.

Desde el gobierno local se insiste en que de momento lo que existe es un estudio de diagnóstico sobre las carencias que se registran en el casco histórico, en el que se recomienda que para preservar el conjunto monumental e incentivar la actividad turística, se hace necesario regular el tránsito de vehículos que atraviesan este emblemático puente, que según ese informe soporta cada día el paso demás de 11.000 vehículos.

Pero de momento, la idea de restringir la circulación por el cortado rondeño ya se ha encontrado con una férrea oposición vecinal, que podría obligar a las autoridades locales a reconsiderar esta medida. Y es que estas barridas rondeñas hicieron llegar su rotundo 'No' a cualquier tipo de regulación en el tráfico en esta importante arteria de la ciudad.

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