De ayer a Hoy

Cuando el agua llegó a Málaga

  • El acueducto que promovió el obispo malagueño Molina Lario fue una de las obras hidráulicas más importantes que permitieron abastecer la ciudad hasta el siglo XIX

El acueducto de San Telmo fue una de las obras públicas más importantes del siglo XVIII en la provincia de Málaga. El obispo malagueño José Molina Lario fue quien promovió y costeó esta colosal infraestructura para resolver el grave problema del abastecimiento de agua que sufría la población de la época a partir de una toma situada en el propio cauce del Guadalmedina. La realización del proyecto y su ejecución corrieron a cargo del arquitecto turolense José Martín de Aldehuela, una vez que recibió la aprobación del rey Carlos III y de su ministro José de Gálvez, personaje malagueño de gran influencia en la corte. Según el historiador Víctor Heredia, Molina Lario era un modelo de clérigo ilustrado que puso sus recursos al servicio de las necesidades de la ciudad y que consiguió que los trabajos de construcción del acueducto se llevaran a cabo en un tiempo récord de tan sólo dos años.

En el año 1784 se inauguraba la obra que permitió abastecer de agua a la ciudad, construir molinos harineros y facilitar los riegos en la ribera del río. El agua discurría por caída libre y salvando un recorrido bastante accidentado de unos 11 kilómetros, por una doble conducción superpuesta. El cauce inferior, estaba entubado y destinado a abastecer las fuentes públicas, mientras que el superior, que estaba al aire libre, servía para mover los molinos y regar las tierras adyacentes. El resultado fue una infraestructura de majestuosas dimensiones que se componía de 30 acueductos, 33 puentes y 33 alcantarillas. Los puentes constituían, explicó el experto, la parte más espectacular y llamativa de toda la obra del acueducto. Servían para salvar los cauces de los numerosos arroyos que surcan los Montes de Málaga, con pendientes muy inclinadas y materiales inestables, sujetos a la erosión provocada por la falta de cubierta vegetal y las precipitaciones estacionales intensas. Uno de los más emblemáticos es el del arroyo de Humaina, que aparece en la imagen, que con 75 metros de longitud y 15 de altura, se compone de cuatro arcos de 7 metros de anchura y alberga un arca en la pila central. Realizado en ladrillo, diferentes autores han destacado de este puente su integración en el paisaje y la presencia de motivos decorativos inspirados en el arte mudéjar. La inauguración de la traída de aguas de Torremolinos en 1876 hizo que las de San Telmo empezaran a perder importancia en el abastecimiento público, aunque todavía varias fuentes siguieron estando alimentadas con el agua del Guadalmedina durante algún tiempo.

También el tramo del acueducto que va desde la presa hasta la entrada en la ciudad se vio afectado por las obras de la carretera de nuevo acceso a Málaga, ejecutadas entre 1968 y 1973, que obligaron a modificar la traza del canal en algunos sectores, enterrando y destruyendo parte de las construcciones originales. El abandono y los efectos de las lluvias se han ido encargando de dañar y taponar fragmentos de la canalización, de forma que ésta ha llegado a nuestros días en un estado lamentable y que espera con urgencia la recuperación que la salve de la desaparición.

El progresivo desuso

El crecimiento urbanístico de la ciudad fue dejando fuera de servicio la mayor parte de los molinos y, sobre todo, ha eliminado casi todo el trazado de las tuberías en el tramo urbano, a partir de Ciudad Jardín. Hoy en día, esta obra tiene el exclusivo fin de regar tierras hasta el sanatorio de San José, ya que ha quedado seco y sin uso el resto del acueducto. Su enorme valor histórico y artístico hizo que la Junta de Andalucía iniciara un expediente de protección en 1985, que ha propiciado la inscripción del complejo hidráulico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural con la tipología de Sitio Histórico.

Continuos cambios

El entorno del puente del acueducto sobre el arroyo Humaina se vio afectado por la construcción del viaducto de la nueva carretera de acceso a la capital, que se realizó a finales de los años sesenta. En la actualidad el puente está atrapado entre la autovía y un carril que comunica una de las barriadas de esta zona de Los Montes. Muy cerca se encuentra la presa del Agujero, construida a principios del siglo XX para contener las periódicas avenidas del río Guadalmedina. Otro hito próximo es la venta del Túnel, lugar en el que comenzaron a celebrarse los encuentros de pandas de verdiales en el año 1961.

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