XX aniversario del Teatro de la Maestranza y la ROSS

Propuestas de futuro

  • Toca multiplicar la implicación de la clase empresarial que de joven vivió el espíritu del 92 y ha de hacer suya la imagen de marca moderna y de calidad

Elbalance de 20 años de teatro y orquesta es de sobresaliente. Los aciertos han sido mayores que los errores. Con el estrangulamiento de las arcas públicas, el Maestranza y la Sinfónica viven un momento crucial. Estas son algunas de mis propuestas de futuro:

Presupuestos. Gran paradoja: diez millones de euros invertidos en la ampliación y modernización técnica, no pueden ser amortizados cultural y socialmente porque falta dinero para programar tantos espectáculos como se pretendía.  En un Pacto por  Sevilla, marquen el objetivo de llevar al Maestranza a los 15 millones como presupuesto anual.  En Valencia, el Palau de la Música tiene 17 millones y el Palau de las Arts (ópera) otros 25. Total: 42, frente a los 11 del Maestranza este año. Demasiada diferencia. Culpa de  Sevilla.

Patrocinadores. La clave del futuro. Teatro y orquesta tienen que depender más de lo privado emergente y menos de lo público castigado por los mercados. La Sevilla de las pujantes empresas tecnológicas, de aeronáutica, ingeniería, software, biomedicina, etc., que han nacido en los últimos veinte años, ha de hacer suyo con orgullo uno de los referentes de la modernización de Sevilla. Vincularse, con pequeñas o grandes cantidades, con muchas fórmulas de márketing, a la potente imagen de marca de teatro y/o orquesta.  Miren a Toulouse.  La Asociación de Industrias y Empresas Amigas de la Orquesta de Toulouse reúne ¡93 empresas patrocinadoras!.  En Sevilla, teatro y orquesta aún sólo suman 16.

Públicos. Incorporar a los estudiantes, con más Abono Joven, y a los nuevos treintañeros con propuestas de calidad pero más cercanas a su consumo cultural. Ambos segmentos, por edad, no saben lo que fue en el 92 convertir al teatro y a la orquesta en seña de identidad.   Toca reinventar los lazos de sangre.

Plataforma de festivales. La Bienal de Flamenco y, en menor medida el Mes de Danza, son ahora los únicos festivales catapultados por el Maestranza. Una vía para respaldar a otros buenos certámenes, y a la vez para atraer a otros públicos hacia el teatro, es darles una fecha en el gran teatro de la ciudad, y que el resto de su programación se celebre en otros lugares. La unión hace la fuerza. ¿Por qué no una noche de Territorios en el Maestranza? Y otra del Zemos, y otra del South Pop, y del Festival de Música Antigua, y del Festival de Coros de Sevilla, etc. Podría ser otro apartado del abono mixto.

Implantación social. Salto a las redes sociales para generar vínculos, aportar contenidos culturales y estimular la suma de vivencias, emociones y conocimientos. La Sinfónica de Bilbao ya lo está haciendo.

Difusión. Televisión Española, Canal Sur TV y Radio, y Giralda Televisión, pasan de modo lamentable de dos entidades culturales, tan públicas como ellas, de las que deberían aprovechar sus espectáculos, y su polivalencia para crear iniciativas audiovisuales buenas y amenas. El Maestranza tiene que entrar en los hogares de Sevilla al menos tanto como el hijo de la Pantoja.

Repertorios. En la línea de seguir planteándose retos, como hacer por vez primera en Sevilla Lulú o la tetralogía  wagneriana, para ampliando las miras culturales del público están en lista de espera óperas de Stravinsky,  Britten, Messiaen o  Shostakovich, por ejemplo.

Voces. El Coro de Amigos del Maestranza ha de dar un segundo salto de calidad para ser más ambicioso artísticamente, y cumplir su papel de cantera. No ha salido una voz que se convierta en solista como ha dado Málaga con Carlos Álvarez, Jerez con Ismael Jordi y Granada con Mariola Cantarero. De Sevilla tienen que salir voces solistas.

Cuerpo de baile. No debe tardar veinte años que el teatro disponga de uno o dos cuerpos de baile, en alianza con compañías  de danza. Uno para repertorio flamenco, y otro para ballet y danza contemporánea. Nada es imposible.

Historia. En algún lugar del formidable edificio puede crearse un pequeño museo, con audiovisuales, testimonios sonoros, vestuarios, rincón de los fans, etc. Descubrir y revivir lo que ya es Historia de Sevilla y se enriquece a diario. Ayudaría a llenar de contenido la que, para miles de sevillanos y andaluces, sigue siendo su primer visita al teatro.

Industria cultural. El Maestranza, la olla exprés, ha de cumplir el papel de Guggenheim  sevillano. Invertir bien en él  genera riqueza y empleo en la ciudad. No pierdan el tiempo con trolas municipales sobre promociones turísticas de Sevilla y la ópera mientras el objetivo no sea crear más contenidos y más actividades en el teatro para que el turista vea y escuche la música interpretada en vivo.  Esa es la madre de todas las rentabilidades y pernoctaciones.

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