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Alta tensión en Ucrania en vísperas de la entrada en vigor del alto el fuego

  • Kiev acusa a los rebeldes de lanzar una ofensiva final para modificar la línea de separación 17 personas pierden la vida

La alta tensión se mantenía ayer en el frente del este de Ucrania, donde el Gobierno de Kiev acusaba a los rebeldes prorrusos de lanzar una ofensiva final para modificar la línea de separación de fuerzas antes de la entrada en vigor del alto el fuego mañana.

"A día de hoy, teniendo sobre la mesa el acuerdo sobre el alto el fuego a partir de las 00:00 del domingo, los terroristas y las tropas rusas recibieron la orden de izar la bandera en Debaltsevo y Mariupol", afirmó Piotr Mejed, viceministro de Defensa ucraniano, en una rueda de prensa.

Los milicianos rebeldes estrecharon ayer el cerco en torno a Debaltsevo, estratégico nudo ferroviario entre Donetsk y Lugansk defendido desde enero por varios miles de soldados ucranianos, al hacerse con el control de la localidad de Lobninovo.

De esta forma, bloquearon la carretera que sirve de vía de entrada de pertrechos y suministros para las fuerzas gubernamentales, "desmoralizadas" y presas del pánico, según los separatistas.

Aunque el mando militar ucraniano negó que sus tropas estén sitiadas, los separatistas prorrusos aseguraron que el cerco es completo y recomendaron a los soldados ucranianos que "depongan las armas y se vayan a casa", o serán liquidados. "Estamos dispuestos a organizar una salida del cerco de Debaltsevo. Lamentablemente, Kiev sacrifica a los soldados en aras de sus ambiciones", dijo Eduard Basurin, subjefe del Estado Mayor de la autoproclamada república popular de Donetsk.

En su opinión, que fue secundada por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en Debaltsevo existe el riesgo de que se viole lo acordado esta semana en la cumbre de Minsk entre los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia.

"Las formaciones armadas ucranianas que se encuentran sitiadas en esa olla incluso después de la entrada en vigor del alto el fuego, naturalmente, intentarán romper el cerco, lo que supondría una violación de la tregua", comentó.

En cambio, la respuesta del mando militar ucraniano fue rotunda: las fuerzas gubernamentales no abandonarán en ningún caso sus posiciones en Debaltsevo. "Todos los intentos del enemigo de tomar nuevas posiciones y modificar la actual línea de separación en su beneficio recibirán la debida respuesta de los militares ucranianos", aseguró un portavoz castrense.

El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania recordó que el jueves en Minsk se acordó que los milicianos se replegarían hasta la línea pactada el 19 de septiembre de 2014, por lo que Debaltsevo debe permanecer bajo control de Kiev.

Y resaltó que, dos días después de la entrada en vigor del alto el fuego, que será supervisado por la OSCE pero también por militares rusos y ucranianos, debe retirarse el armamento pesado de la zona desmilitarizada de 50 kilómetros.

Mientras, cerca de Mariupol, puerto del mar de Azov controlado por las fuerzas gubernamentales y situado a varias decenas de kilómetros de la frontera rusa, estalló ayer una auténtica batalla por el control de Shirokino.

Mientras, los civiles siguen siendo las víctimas más propiciatorias de los combates, ya que al menos 13 civiles, de ellos tres niños, murieron en las últimas 24 horas por el fuego de artillería ucraniana, según los rebeldes.

Además, al menos cuatro personas murieron cuando un proyectil cayó en la cocina de un café de la ciudad de Lugansk.

Es por eso que el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, llamó ayer a no hacerse ilusiones sobre el cumplimiento de lo acordado. "No quiero que nadie se haga ilusiones y parecer un ingenuo. Aún falta mucho para lograr la paz y que nadie tiene la firme certeza de que las condiciones para la paz que fueron firmadas en Minsk se cumplirán", dijo.

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