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Kofi Annan, enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria

  • Ban Ki-moon afirma que el ex secretario general ejercerá sus buenos oficios para lograr el fin de la violencia y la vulneración de los derechos humanos.

El ex secretario general de la ONU Kofi Annan ha sido nombrado enviado especial del organismo internacional y de la Liga Árabe para lograr el fin de la violencia en Siria, según decidió el máximo responsable de la organización multilateral, Ban Ki-moon. Annan, señaló Ban mediante un comunicado conjunto con la Liga Árabe, "ejercerá sus buenos oficios para lograr el fin de la violencia y de las violaciones de los derechos humanos, así como para promover una solución pacífica a la crisis siria". "Le agradecemos a Annan que haya aceptado esta importante misión en un momento crucial para el pueblo de Siria", añadió el máximo responsable de la ONU, que anunció además que se seleccionará próximamente entre representantes de los países árabes a una persona para el puesto de adjunto al enviado especial.

La elección de Annan, máximo responsable de las Naciones Unidas entre1997 y 2006, fue consensuada entre Ban y el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, quienes se reunieron en Londres, donde coincidieron en la conferencia internacional que el Gobierno británico organizó sobre Somalia. El enviado se encargará, según el comunicado, de celebrar "consultas amplias y tratar con todos los interlocutores dentro y fuera de Siria con el propósito de acabar con la violencia y la crisis humanitaria, y facilitar una solución política sin exclusiones y liderada por los sirios". Esa solución, destacó el máximo responsable de la ONU, deberá cumplir "con las aspiraciones democráticas del pueblo de Siria" y deberá lograrse "a través de un diálogo político completo entre el Gobierno de Siria y todo el espectro de la oposición".

El nombre de Kofi Annan (Ghana, 1938), que en 2001 recibió el premio Nobel de la Paz, sonaba con fuerza en la ONU como el elegido para ser el enviado especial a Siria, después de que Ban asimilara que era "muy difícil" encontrar un candidato árabes que fuera aceptado por Damasco, según señalaron fuentes diplomáticas. Annan fue el séptimo secretario general de la ONU, un cargo con el que encabezó delicadas misiones políticas, como la que en 1998 le llevó a Bagdad para convencer a los iraquíes a colaborar con los inspectores de la ONU. El mayor escándalo al que tuvo que enfrentarse al frente de la ONU fue el protagonizado por el programa Petróleo por Alimentos precisamente en Irak, que salpicó, además de grandes corporaciones y a algunos funcionarios de la ONU, al propio Annan por las conexiones de su hijo, Kojo, con una empresa suiza proveedora de servicios bajo este plan.

La elección de un enviado especial a Siria era uno de los puntos incluidos en la simbólica resolución que, pese a la oposición de China y Rusia, aprobó la semana pasada la Asamblea General por abrumadora mayoría. En esa ocasión se condenó la violencia gubernamental contra la población civil siria y se exigió al presidente Bachar al Asad que cumpla con el plan de transición elaborado por la Liga Árabe, que contempla su salida del poder. El otro nombre que se barajaba para el cargo de enviado especial a Siria era, según fuentes diplomáticas, el del ex presidente de Finlandia y Nobel de la Paz Martti Ahtisaari, quien fue enviado de la Unión Europea (UE) y de la ONU para Kosovo.

La máxima prioridad de la ONU en estos momentos es garantizar el acceso de ayuda humanitaria a Siria, una tarea de la que se encargará ese enviado especial, según han explicado en repetidas ocasiones los portavoces de Ban. También ha pedido a la responsable de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) del organismo, Valerie Amos, que visite Siria para analizar la situación humanitaria sobre el terreno mientras continúa la ola de violencia.

La falta de acceso al país ha impedido a Naciones Unidas actualizar desde mediados de enero la cifra de muertos que ha dejado la represión, que entonces cifró en más de 5.400, aunque ahora los opositores calculan que son ya más de 8.500 las personas que han perdido la vida desde el inicio de las protestas en Siria.

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