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Berlusconi se jugará su futuro político en una moción de confianza

  • El primer ministro someterá su programa de reformas a la aceptación del Parlamento y si pierde convocará elecciones anticipadas en diciembre

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció ayer que su Ejecutivo someterá su programa de reformas a un voto de confianza en el Parlamento, que de no ser aprobado, conducirá a la convocatoria de elecciones anticipadas en diciembre.

El mandatario compareció ayer en una rueda de prensa en Roma tras la reunión de unas seis horas que la Ejecutiva de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), celebró en el Palacio Grazzioli, la residencia romana de Berlusconi.

En ella, el PDL abordó la estrategia que adoptará en el nuevo curso político y los apoyos con los que cuenta el Gobierno italiano tras la expulsión del partido del cofundador Gianfranco Fini y la escisión de un nuevo grupo parlamentario, Futuro y Libertad para Italia (FLI).

"El Pueblo de la Libertad pretende pedir un renovado compromiso del Parlamento" para poder proseguir con las reformas en los próximos meses hasta el final de la legislatura en 2013, dijo el primer ministro, quien añadió que, si no hay mayoría, se irá a las urnas "inmediatamente".

El portavoz del PDL en la Cámara Baja, Fabrizio Cicchitto, adelantó el jueves en una nota que en la reunión Berlusconi pondría sobre la mesa la reforma fiscal y de la Justicia, las ayudas al sur del país y el federalismo para sondear con cuántos apoyos cuenta.

El fantasma de las elecciones anticipadas, según apuntaban ayer los medios de comunicación, cada vez estaba más lejos y Berlusconi habría desestimado esa posibilidad. Sin embargo, la cúpula del partido parece que convenció al primer ministro de la imposibilidad de seguir manejando los destinos del país sin una mayoría consolidada en ambas cámaras.

Los únicos totalmente inclinados a convocar elecciones anticipadas seguía siendo la Liga Norte, los socios de Berlusconi en el Gobierno, ya que aprovecharían el tirón de las recientes elecciones regionales donde se convirtieron en los grandes ganadores.

El mayor grupo de la oposición, el Partido Demócrata (PD), y los democristianos del UDC, exigían un gobierno de unidad nacional provisional para cambiar la criticada ley electoral, que favorece claramente a la mayoría, y después acudir a las urnas.

La ruptura con Fini, que tras ser expulsado del PDL creó su propio movimiento político, conllevó la pérdida de la mayoría absoluta y, por lo tanto, el riesgo de que en el futuro no consiga superar una moción de censura.

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