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Nicolas Sarkozy califica de "asesinato" la muerte de los dos periodistas en Siria

  • Otra reportera herida, que necesita asistencia médica, pide ayuda para salir de un país en el que ayer fallecieron 46 personas

La muerte de la periodista norteamericana Marie Colvin y de su colega francés Rémi Ochlik el miércoles en un bombardeo en Homs (centro de Siria) es un "asesinato", estimó ayer el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

"Quienes hicieron esto deberán rendir cuentas", agregó Sarkozy en Tourcoing, donde se encuentra en el marco de la campaña electoral francesa. "Gracias a la mundialización, ya no se puede asesinar en medio del silencio absoluto", recalcó. "He visto las imágenes (...) hay una voluntad de bombardear un lugar porque en él se encuentran periodistas", dijo.

El ministro de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, afirmó la víspera que Francia considera al régimen del presidente Bashar al Asad responsable de la muerte de los dos periodistas.

Por su parte, Edith Bouvier, la periodista francesa de Le Figaro herida en el mismo ataque, pidió ayer en un vídeo difundido por el diario que se la evacúe para ser operada lo antes posible.

Bouvier aparece tumbada y explica que tiene una doble fractura en una pierna y que, aunque los médicos la han tratado "muy bien en la medida de sus posibilidades", no pueden llevar a cabo operaciones, por lo que necesita salir del país.

En esa grabación la reportera indica que necesita "lo antes posible un alto el fuego y un coche medicalizado o en buen estado" que conduzca al Líbano a ella y al fotógrafo que la acompaña, William Daniels, para ser tratada "cuanto antes". En el vídeo (http://bcove.me/aojvdtar), de tres minutos de duración, interviene también Daniels, que no resultó herido y que hace hincapié en que aunque el estado anímico de Bouvier es bueno, esperan recibir la ayuda de las autoridades francesas a la mayor brevedad posible.

En esa grabación, en la que se puede oír de fondo explosiones de bombas, Daniels indica que recurren a este vídeo porque "las conexiones con el exterior no funcionan demasiado bien" y quizá esta nueva vía pueda ayudarles.

Juppé volvió a reclamar que se permita "acceso medicalizado" para poder ayudar a las víctimas del conflicto y sostuvo que los heridos se encuentran "en condiciones muy preocupantes".

Por su parte, al menos 46 personas murieron ayer en Siria en distintos ataques de las fuerzas de Al Asad, mientras que 17 cadáveres, supuestamente de soldados desertores, fueron hallados en una prisión de Idleb (norte), según un grupo opositor.

Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron de que la ofensiva más sangrienta tuvo lugar en la provincia central de Hama, donde murieron 24 personas, entre ellas siete bebés prematuros (por un corte de electricidad prolongado en un hospital) y seis miembros de la misma familia, que fueron ejecutados.

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