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La OTAN evitará los ataques aéreos que puedan provocar víctimas civiles

  • La ISAF es consciente de que el aumento de muertos inocentes es uno de los factores de su desprestigio en Afganistán · Los militares cambian los protocolos de actuación en las batallas

La OTAN ha ordenado a sus tropas en Afganistán que se retiren de los combates contra los talibanes antes de recurrir a ataques aéreos que pudieran causar la muerte de civiles, anunciaron las autoridades afganas y de la OTAN.

Los ministros de Defensa de la OTAN respaldaron la restricción en la cumbre de la pasada semana en Budapest, después de que tres ataques aéreos estadounidenses provocaran la muerte de más de un centenar de civiles afganos en tres meses.

"Todos estamos de acuerdo en que las bajas de civiles dan mala imagen tanto al Gobierno afgano como a la presencia de las tropas internacionales en Afganistán", sostuvo el ministro de defensa afgano, Abdul Raheem Wardak, durante una rueda de prensa en Kabul, a su regreso de la cumbre de la OTAN.

Si existe un riesgo para los civiles, ahora las tropas tienen órdenes de retirarse, si pueden, en lugar de ordenar bombardeos que podrían otorgar una victoria a corto plazo, pero a largo reforzarían a los talibanes. Esto debe llevar a una reducción en el número de ataques aéreos, que han aumentado notablemente en el último año, según un portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF). El comandante de la ISAF, el general estadounidense David McKiernan, ha indicado también a sus oficiales que siempre que sea posible las operaciones deben llevarse a cabo junto a las fuerzas afganas, informó la misma fuente.

Los bombardeos de las fuerzas extranjeras contra viviendas y mezquitas son la principal fuente de resentimiento contra los más de 60.000 efectivos de la ISAF y las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos en Afganistán. "No habrá acceso sin invitación a las casas afganas o a una mezquita sin tener la supervisión del Ejército afgano, a no ser que haya un peligro claro que provenga de esa casa", dijo el portavoz de la ISAF, el general Richard Blanchette.

El ministro de Defensa afgano reconoció que este año fue el de mayor violencia en Afganistán desde 2001, y vinculó este hecho con la llegada al país de combatientes extranjeros que ya no operan en Iraq. Además, dijo que los combatientes extranjeros están mejor equipados y entrenados que sus aliados talibanes locales.

La OTAN ha responsabilizado a los milicianos procedentes de Pakistán y a la creciente inestabilidad en este país del incremento en un 40% del número de ataques este año. Las últimas operaciones del Ejército paquistaní contra los talibanes en su territorio no han tenido ningún impacto sobre la violencia en Afganistán, según el portavoz presidencial afgano Humayun Hamidzada.

Entre julio y agosto de este año se produjeron un 40% más de incidentes violentos en Afganistán que durante el mismo período del año pasado, lo que ha elevado la violencia a su nivel más alto en los últimos seis años, según informó al Consejo de Seguridad de la ONU el representante especial del secretario general para Afganistán, Kai Eide, en una sesión abierta de ese órgano para discutir la situación en el país.

El representante especial explicó que la influencia de los insurgentes se ha extendido más allá de sus áreas tradicionales en el sur y este del país y se ha establecido en las provincias alrededor de Kabul. "Hubo un incremento de ataques asimétricos, algunos de ellos muy sofisticados, que han contribuido a aumentar el número de víctimas civiles", argumentó. "Y ha habido más ataques y más mortales contra el personal de ayuda humanitaria de la ONU", indicó.

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