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Obama se juega su capital político en el discurso sobre Sanidad en el Congreso

  • El presidente trata de romper el punto muerto en que se encuentra la reforma sanitaria · La comparecencia servirá para que los ciudadanos tengan "mucho más claro qué es lo que pienso que hay que hacer", afirma

El presidente de EEUU, Barack Obama, trató de romper esta madrugada el punto muerto en que se encuentra la reforma sanitaria, que amenaza con arrastrar su propia popularidad, con un discurso ante el Congreso en el que expondrá su propuesta.

Horas antes de su intervención, a partir de las 20:00 (02:00, hora española) ante ambas cámaras del Congreso, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aseguró que la "opción pública", que ha sembrado discordia entre progresistas y conservadores, no es el elemento "más esencial" de una reforma de salud, aunque admitió que el presidente la considera una "herramienta valiosa".

La comparecencia de Obama es un recurso reservado generalmente para acontecimientos extraordinarios. Habitualmente, los presidentes sólo se dirigen al Congreso una vez al año, en el discurso sobre el Estado de la Unión.

En declaraciones al programa Good Morning America, de la cadena ABC, Obama aseguró ayer que, tras su intervención, los estadounidenses "tendrán mucho más claro qué es lo que pienso que es lo que hay que hacer para avanzar".

Por su parte, Gibbs manifestó en una entrevista con la cadena de radio pública NPR que el discurso de Obama de anoche en horas de máxima audiencia despejará las dudas sobre el alcance y contenido de la iniciativa de reforma del sistema de salud pública.

Preguntado sobre si Obama vetaría un proyecto de ley que excluya la "opción pública", Gibbs respondió que ésta "no es la parte más esencial de una reforma del cuidado de salud".

"Eso es cierto al 100%, aunque la opción pública es algo que el presidente cree que es una herramienta valiosa, como dije, para crear opciones y competencia" para quienes carecen de seguro médico, añadió.

Gibbs explicó que el plan de Obama busca, por un lado, dar estabilidad y seguridad a los estadounidenses que tienen seguro y proveer seguro a precios asequibles a quienes carecen de cobertura médica.

Por otra parte, agregó, el plan de reforma que apoya el mandatario "reducirá el crecimiento insostenible en los costos del cuidado de salud, que se ha duplicado en la última década y que, francamente, volverá a hacerlo si no actuamos ya".

Con este discurso, Obama busca retomar la iniciativa en la reforma sanitaria, su gran prioridad legislativa en la actualidad pero que languidece en el Congreso entre profundas disputas entre republicanos y demócratas e incluso entre el ala moderada y la progresista de estos últimos acerca del contenido de las reforma y de cómo va a sufragarse.

Entre otros aspectos, los republicanos arremeten contra el coste de la reforma, que consideran que puede superar el billón de dólares.

En la actualidad los legisladores manejan hasta cuatro borradores distintos de proyectos de ley sobre la medida.

A la falta de progresos en el Congreso se ha sumado una creciente reticencia del público a la reforma, que amenaza con arrastrar al propio presidente

Si a principios de este año la popularidad de Obama superaba el 70%, ahora se encuentra en torno al 55%, una de las mayores caídas de un presidente en sus primeros meses de mandato.

Mientras Obama daba los últimos toques a su intervención, en el Congreso continuaban los contactos entre bambalinas para tratar de llegar a un acuerdo.

El presidente del Comité de Finanzas del Senado, el influyente Max Baucus, presentó una propuesta que garantizaría la cobertura sanitaria a la gran mayoría de los estadounidenses, con un coste de 900.000 millones de dólares en diez años.

La comparecencia de Obama ante las dos Cámaras evoca a la que protagonizó Bill Clinton en 1993, cuando su predecesor demócrata trató también de reformar el sistema sanitario y compareció ante el Congreso para presionar a los legisladores, intento que acabó con un estrepitoso fracaso.

Si Obama tropieza en la misma piedra que su antecesor y no consigue sacar adelante la reforma, habrá quedado muy debilitado políticamente y el resto de sus prioridades legislativas, que incluyen la reforma migratoria, tendrán muy difícil salir adelante.

En sus declaraciones a Good Morning America, Obama afirmó que en su discurso buscará que "demócratas y republicanos entiendan que estoy abierto a nuevas ideas, que no somos rígidos e ideológicos en esto, pero que lo vamos a sacar adelante este año".

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