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El Papa defiende la solidaridad como "antídoto contra los populismos"

  • Francisco advierte a los líderes europeos sobre la disgregación de la UE en la víspera de la conmemoración del Tratado de Roma

El papa Francisco se dirige ayer a los los jefes de Estado y de Gobierno europeos en una audiencia en la Sala Regia del Vaticano.

El papa Francisco se dirige ayer a los los jefes de Estado y de Gobierno europeos en una audiencia en la Sala Regia del Vaticano. / Osservatore Romano

El papa Francisco recibió ayer a los líderes de la Unión Europea, a quienes recordó que Europa tiene una identidad "multicultural" y advirtió contra las tendencias que apuntan a su disgregación. El Pontífice recibió en la Sala Regia del Vaticano a los líderes comunitarios que celebrarán en Roma hoy el 60 aniversario de la firma de los tratados fundacionales de la UE y aprovechó la solemne ocasión para instarlos a ser fieles al principio de solidaridad.

Y ello para "hacer frente a las fuerzas centrífugas", referencia que hizo en ausencia de la máxima representación del Reino Unido, país que se dispone en breve a iniciar el proceso de abandono de la UE. El Papa advirtió, en un discurso crítico pero carente de los duros reproches que dirigió en el pasado a la dirección que tomó la UE en los últimos tiempos, contra "la tentación de reducir los ideales fundacionales de la Unión a las exigencias productivas, económicas y financieras".

Jorge Bergoglio repitió a los líderes comunitarios las alusiones a los principios de solidaridad de los que dotaron a la Europa recién salida de la II Guerra Mundial los padres fundadores que promovieron los tratados. Y lanzó un aviso: Europa "no es un conjunto de normas que cumplir, o un manual de protocolos y procedimientos que seguir", y apeló a las enseñanzas de aquellos "padres fundadores".

Las alusiones al origen multicultural de Europa las hizo Francisco añadiendo que su historia está marcada por "el encuentro con otros pueblos y culturas", e instó además a considerar que la solidaridad es "el antídoto más eficaz contra los modernos populismos".

No podía faltar la referencia a la "grave crisis migratoria" que afronta la UE, y advirtió que no es sólo "un problema numérico, económico o de seguridad", sino que él llama a Europa a plantearse qué cultura está en condiciones de proponer. "Parece como si el bienestar conseguido le hubiera recortado las alas y le hubiera hecho bajar la mirada", agregó sobre la actitud con la que Europa afronta sus desafíos en el siglo XXI.

Y mencionó el riesgo de los populismos, que "florecen precisamente por el egoísmo, que nos encierra en un círculo estrecho y asfixiante y no nos permite superar la estrechez de los propios pensamientos ni mirar más allá".

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, habló ayer en la Santa Sede sobre la salida del Reino Unido de la UE, que calificó como "un fracaso y una tragedia", admitiendo que el Brexit lo "entristecerá".

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