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Un atentado en la frontera entre Pakistán y Afganistán acaba con la vida de 31 personas

  • El ataque tiene lugar en una estación de miniautobuses y es el más grave de los últimos meses

Al menos 31 personas murieron y 70 resultaron heridas por la explosión ayer de una bomba en el noroeste de Pakistán, escenario de una espiral de violencia que contrasta con el descenso del terrorismo en el resto del país.

El atentado, el más grave de los últimos meses, tuvo lugar en una estación de miniautobuses situada en un mercado de la demarcación de Khyber, fronteriza con Afganistán, según un funcionario de esa región tribal consultado por teléfono. La bomba estalló a las 10:45 en uno de los vehículos de transporte que se encontraba cerca de una gasolinera del distrito de Jamrud. La fuente descartó la posibilidad de que se trate de un ataque suicida y precisó que el artefacto fue detonado por control remoto.

Jamrud se halla en el principal paso terrestre que une Pakistán con Afganistán. La zona está en las afueras de Peshawar, la capital de la conflictiva provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa, feudo de diversas organizaciones insurgentes.

En la región se han registrado durante las últimas semanas varias explosiones y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los talibanes, e incluso entre grupos islamistas rivales.

En este lugar son frecuentes los atentados insurgentes contra las milicias antitalibanes que, apoyadas por las autoridades, combaten el aumento de la esfera de influencia de los integristas islámicos.

Organizaciones islamistas y criminales luchan por establecer estructuras de poder paralelas al Estado en Khyber, por donde discurre algo menos de la mitad de los abastecimientos para las tropas extranjeras en Afganistán.

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