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Un ex espía británico huye por temor a represalias por su informe sobre Trump¿Llega la era oscura para los medios en EEUU?

  • El ex agente del MI6 está en paradero desconocido

  • Su 'dossier', también sexual, relaciona al Kremlin con la campaña del republicano

El ex marine y candidato a la secretaría de Defensa de EEUU, James 'Perro Loco' Mattis, testificó ayer en el Senado.

El ex marine y candidato a la secretaría de Defensa de EEUU, James 'Perro Loco' Mattis, testificó ayer en el Senado. / jim lo scalzo / efe

Un ex espía del MI6, que al parecer elaboró el dossier sobre el supuesto vínculo de Donald Trump con los ciberataques rusos en las elecciones de EEUU, teme una represalia de Rusia y por su seguridad, informó ayer The Daily Telegraph.

El agente ha sido identificado por los medios en EEUU y el Reino Unido como Christopher Steele, de 52 años, uno de los fundadores de la compañía de investigación Orbis Business Intelligence Ltd, con sede en la capital británica.

La ciberseguridad nos preocupa. Todo intento de influir desde fuera en las urnas es inaceptable"Jens StoltenbergSecretario general de la OTAN

The Daily Telegraph dice que Steele, que espió en Moscú para el MI6 en los años 90, preparó el documento que afirma que el Kremlin se relacionó con la campaña electoral de Trump y que los servicios secretos rusos tienen material sensible (de índole sexual incluida) sobre él que podría ser utilizado en su contra.

Según el diario británico, Steele abandonó el miércoles su casa en Surrey, sur de Londres, al darse cuenta de que su nombre iba a aparecer en los medios y ahora teme por su seguridad. El antiguo agente del M16 dejó a su gato con un vecino, al que le dijo que estaría fuera "unos días".

El trabajo de Steele fue financiado primero, según el diario, por los republicanos contrarios a Trump y después por los demócratas, durante la campaña para las elecciones del año pasado.

Trump, que asumirá el cargo el próximo día 20, calificó las acusaciones de falsas.

Durante varios meses, Steele contó a periodistas lo que sabía de Trump de sus fuentes en Rusia, tras ser contratado por una compañía de Washington para recabar información sobre los vínculos del presidente electo con Moscú.

El dossier, de 35 folios, contiene varios informes elaborados durante seis meses, al que periodistas en EEUU tuvieron acceso, aunque se le dio crédito cuando las cadenas de ese país informaron de que Trump y el presidente estadounidense, Barack Obama, recibieron del FBI un resumen de su contenido, indicó el periódico británico.

Después de dejar el MI6, Steele fundó Orbis Business Intelligence Ltd con su socio, Christopher Burrows, en 2009, dice el Telegraph. En su página web, esa empresa afirma disponer de recursos de investigación sofisticados para empresas.

Trump admitió el miércoles que Rusia está detrás de los ciberataques en las elecciones, pero negó cualquier vínculo con ellos, al tiempo que arremetió contra algunos medios de comunicación que así lo publicaron y a los que calificó de "basura".

Por otro lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tildó ayer de "inaceptable" cualquier intento de influir en un proceso electoral nacional desde el exterior, preguntado por la supuesta injerencia de Rusia en las presidenciales de EEUU. "Estamos preocupados por la ciberseguridad. Hemos visto informes sobre ciberataques contra muchos aliados, y cualquier intento de influir elecciones nacionales desde fuera es inaceptable", indicó en una rueda de prensa junto al primer ministro de Nueva Zelanda, Bill English.

Stoltenberg aseguró que la organización está "muy centrada en reforzar nuestra ciberdefensa, las redes cibernéticas", pero también en "apoyar a los aliados para mejorar esa defensa".

Jim Acosta lo hizo lo mejor que pudo: durante 30 segundos, el experimentado reportero de la CNN se mantuvo, muy erguido, delante del que pronto será el hombre más poderoso del mundo. Donald Trump había criticado duramente a su canal de televisión y Acosta quería repreguntar, como es habitual en las ruedas de prensa.

Pero en lugar de eso, recibió varios ataques desde el "Olimpo" de Trump: "Su organización es terrible y difunde fake news (noticias falsas)". No, no se le permitiría hacer ninguna pregunta.

Winter is coming (Se acerca el invierno), la frase que planea sobre la serie Juego de tronos anunciando malos tiempos podría aplicarse a lo que sienten avecinarse los medios de comunicación con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Desde hace meses se publican en el país artículos que se preguntan cómo cambiará con Trump la relación entre el presidente y los medios.

Trump ya dejó entrever que facilitaría las demandas contra los medios y durante la campaña incluso llegó a acusar a los periodistas de ser "la forma más baja de la existencia". En sus actos electorales aparecieron de pronto camisetas con lemas como "Soga. Árbol. Periodista". Hay reporteros que incluso se mostraron cautos a la hora de reconocer su profesión.

"Para una prensa libre y un control del poder, ésta es la época más oscura de la historia de EEUU desde la Primera Guerra Mundial", escribía Jay Rosen, de la Universidad de Nueva York. Una extrema presión económica, una masiva pérdida de reputación, demasiado entretenimiento y un periodismo político cada vez más limitado son algunos de sus argumentos. A ello se añade la difusión de opiniones en las redes sociales y la profesionalización de la comunicación que sirve a determinados intereses.

La pregunta central que se hacen muchos analistas es si Trump necesita para algo a los medios, aparte de entrevistas cuidadosamente precocinadas. Con Twitter llega a millones de personas, incluso cuando una encuesta conocida recientemente le recomienda reducir esos mensajes cuando sea presidente: a tres de cuatro estadounidenses ya le molestan, entre ellos al 45% de los republicanos.

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