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La derecha chilena gana por primera vez unas elecciones en 18 años

  • Es la primera victoria de los conservadores desde el fin de la dictadura de Pinochet · La presidenta Bachelet reconoce que el resultado es un serio aviso para la Concertación

La Alianza por Chile, integrada por los dos principales partidos de la derecha -Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente- se anotó el pasado domingo su primera victoria en unas elecciones desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.

Con el 95% de las mesas electorales escrutadas, la oposición conservadora aventajaba en un 2,06% en la elección de alcaldes a la Concertación por la Democracia, al obtener el 40,49% frente al 38,43% de la coalición oficialista.

Sin embargo, este triunfo sobre el bloque de centroizquierda que gobierna Chile desde hace 18 años puede inducir a confusión, ya que la Concertación mantiene una ventaja de 9,15% en el número de concejales, que es el que refleja de manera más fiel el número de votos de los partidos.

Con esta votación, la derecha logra obtener la Alcaldía de Santiago centro, la más emblemática de Santiago de Chile, cuyo sillón municipal se disputaban el democristiano Jaime Ravinet y el derechista Pablo Zalaquet en lo que la prensa bautizó como "la madre de todas las batallas".

Los conservadores también le arrebataron al oficialismo capitales emblemáticas, como Temuco y Valparaíso, y además retuvo municipios que estaban en duda por casos de corrupción, como Huechuraba y Recoleta.

Por su parte, la Concertación derrotó a la derecha en el municipio santiaguino de La Florida y retuvo, con holgadas mayorías, los de Maipú y Peñalolén, mientras que el Partido Comunista ganó la Alcaldía del municipio santiaguino de Pedro Aguirre Cerda.

Esto ultimo fue posible gracias al "pacto por omisión", un acuerdo político sellado públicamente antes de los comicios por la Concertación y la coalición Juntos Podemos, que integra al Partido Comunista y a otras fuerzas de la izquierda extraparlamentaria.

En virtud de ese acuerdo, en algunos lugares donde los candidatos comunistas estaban bien situados en las encuestas, la Concertación no presentó listas, para evitar competir con ellos.

Desde la preocupación expresada por la presidenta, Michelle Bachelet, al optimismo de José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), las opiniones de ex mandatarios, ministros y líderes de los partidos reflejaron lecturas políticas muy diferentes en el seno de la coalición gubernamental.

Bachelet reconoció que el voto en las municipales envía un aviso a los partidos y dirigentes de la Concertación, a los que pidió insistentemente "más unidad, más unidad y más unidad".

"Es muy valioso que la Concertación reciba al cabo de 18 años una nueva demostración de confianza de los ciudadanos (...), pero debe enfrentarse al futuro con sentido autocrítico y reafirmar su pacto programático", advirtió la mandataria.

Especialmente preocupantes fueron los resultados para la Democracia Cristiana, el principal partido de la Concertación, que hasta el domingo era la fuerza política con más apoyo en el ámbito local (con un 20%), pero que ahora ha cedido una cuarta parte de sus votos y se ha quedado en el 15%.

Peleas internas y la expulsión de dirigentes históricos que ahora compitieron con sus propias candidaturas hicieron mella en las filas democristianas.

Mientras, la presidenta del partido, Soledad Alvear, que también está en carrera hacia La Moneda, señaló que el resultado adverso en la elección de alcaldes "es fruto del desorden", porque hubo parlamentarios de la Concertación que apoyaron a alcaldes de otras listas.

En el otro extremo, el candidato presidencial de la conservadora Renovación Nacional (RN), el empresario Sebastián Piñera, aseguró ayer que los resultados suponen un espaldarazo para su aspiración a gobernar.

"Si yo soy presidente de Chile, voy a hacer un movimiento nacional que una a los chilenos y no los siga dividiendo", dijo Piñera, quien según los analistas busca el apoyo de sectores políticos escindidos de la Concertación. Pero para convertirse en el abanderado de la derecha, este multimillonario empresario, que en 2006 perdió el sillón presidencial frente a Michelle Bachelet, debe obtener primero el apoyo de su socia, la Unión Demócrata Independiente (UDI), que tiene a sus propios aspirantes.

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