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Un desafiante Trump ante la prensa provoca el rechazo dentro y fuera de EEUU

  • México anuncia que no pagará el muro, el director de ética gubernamental cree que el plan del presidente le deja "vulnerable a sospechas de corrupción", la Casa Blanca le acusa de "secretismo" y las agencias de Inteligencia se defienden de sus ataques

Trump, en su rueda de prensa.

Trump, en su rueda de prensa.

Las reacciones a la primera comparecencia ante la prensa del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tras ganar las elecciones no se han hecho esperar. Las declaraciones del magnate y su desafiante actitud han provocado el rechazo dentro y fuera de EEUU.

México ya ha respondido que "no pagará" el muro que el magnate se ha propuesto construir en la frontera para frenar la inmigración y que encima pretende hacerles asumir el coste. El director de ética gubernamental considera que los planes de Trump para dejar las empresas en manos de sus hijos son totalmente inadecuados y dejan al presidente "vulnerable a sospechas de corrupción". Además, la Casa Blanca acusa de "secretismo" al magnate al no aclarar sus negocios con Rusia. Las agencias de Inteligencia del país se defienden de las acusaciones del presidente, quien sugirió que habían creado "noticias falsas" contra él. Para Trump, "quizá" la información sobre supuestas actitudes comprometidas suyas en poder de Rusia proceden de los servicios de Inteligencia estadounidenses.

James Clapper, director de Inteligencia Nacional del país, ha explicado en un comunicado que las filtraciones sobre Trump no proceden de las agencias de EEUU. El ex céntrico multimillonario, que en poco más de una semana jurará el cargo de presidente de la primera potencia del mundo, ofreció el miércoles su primera conferencia de prensa, al más puro estilo Trump, tras ganar las elecciones. Arremetió contra los medios de comunicación, anunció la derogación de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, más conocida como Obamacare; reconoció que Rusia había hackeado a su rival Clinton y al Partido Demócrata, negó la supuesta información comprometida sobre su persona en manos del Gobierno ruso y anunció que construiría el muro de la frontera con México y que, de alguna manera, los mexicanos pagarían por él. Negó la palabra a un periodista de la CNN y fue otorgando el turno de preguntas según le parecía conveniente.

Poco después de la desafiante comparecencia ante la prensa de Trump, la Casa Blanca ha achacado al "secretismo" de Trump las especulaciones en torno a los supuestos acuerdos empresariales cerrados con Rusia, que el propio magnate ha vuelto a negar el miércoles. "Hay abundantes pruebas que podrían exponer, hacer públicas para rebatir estas acusaciones que consideran infundadas", ha asegurado el portavoz de la Presidencia, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria. Sin embargo, "se niegan a hacerlo", ha apostillado.

Para Earnest, "este tipo de secretismo sólo sirve para alimentar las dudas" sobre los posibles lazos empresariales entre la empresa de Trump y las autoridades rusas. México también responde al presidente electo Donald Trump. El presidente del país, Enrique Peña Nieto, ha dicho que "no pagará" el muro de la frontera que Trump se empeña en construir. "Es evidente que tenemos algunas diferencias con el próximo Gobierno de Estados Unidos, como el tema de un muro, que por supuesto México no pagará", ha dicho el dirigente mexicano. Pese a ello, se ha mostrado dispuesto a negociar con el Gobierno Trump, no solo para disuadirlo de la construcción del muro, sino para mantener los acuerdos de libre comercio que rigen entre ambos países y que el magnate neoyorquino quiere tumbar. Por su parte, Walter Shaub, director de la Oficina de Ética Gubernamental ha dicho que las explicaciones ofrecidas por el presidente electo sobre el plan de desinversiones de Trump pueden quedar éticamente cortos. Considera que dejar el negocio y bienes a sus hijos y no a un fideicomiso ciego o gestor independiente como ha sucedido con otros presidentes. Para Shaub no poner sus activos bajo un control más estricto es "totalmente inadecuado" y deja al presidente vulnerable a "sospechas de corrupción", según recoge el rotativo estadounidense 'The New York Times'.

Trump dijo tras ganar las elecciones que, aunque como presidente no se vea afectado por leyes de conflicto de intereses que sí afectan a miembros de su Gobierno, de manera voluntaria tomaría medidas incluso para evitar la percepción de un posible conflicto de intereses entre la Presidencia de EEUU y su imperio económico. Sin embargo, ni Trump ni sus asesores dieron el miércoles detalles de este plan. De hecho, ha presentado información al Gobierno Federal que indica que sus bienes valen al menos 1,5 billones de dólares, aunque esta información no ha sido verificada de forma independiente y el valor de los activos que se transfieren al fideicomiso se desconoce. El presidente electo ha vuelto a rechazar además la publicación de sus declaraciones de impuestos, alegando que sólo interesan a la prensa, algo insólito pues es algo que los presidentes de EEUU han hecho durante décadas. Sin embargo, hay países como Rusia o Turquía que han manifestado que la llegada de Trump a la Casa Blanca puede suponer una mejora de las relaciones bilaterales de sus países con Estados Unidos.

Turquía ya ha dicho que confía en que Trump deje de apoyar a las milicias kurdas Unidades de Acción Popular (YPG) y a las Fuerzas Democráticas Sirias, que hasta el momento han recibido el apoyo de la Administración de Obama en su lucha contra Estado Islámico. Para Turquía, Rusia y el Régimen de Damasco, el YPG y las FDS son grupos terroristas que no quieren que estén presentes en el proceso de paz de Siria. El Gobierno turco espera que Trump "corrija el error que comete su país" apoyando al YPG y que ha supuesto el enfrentamiento y un claro distanciamiento entre Estados Unidos y el Gobierno de Ankara. Por su parte, el líder ruso Vladimir Putin ya ha manifestado su intención de mantener unas relaciones cordiales con la Administración de Trump después de una etapa con el presidente saliente Barack Obama más que conflictiva. No obstante, el próximo responsable de la cartera de Exteriores en Estados Unidos, Rex Tillerson, afirmó el miércoles durante su comparecencia en el Senado que, de momento, mantendrá las sanciones impuestas a Rusia por la injerencia en las elecciones estadounidenses. El propio Trump ha reconocido el miércoles que Rusia sí pirateó los correos electrónicos de su rival Hillary Clinton y del Partido Demócrata, algo que hasta entonces había negado y calificado de "ridículo" en varios mensajes vía Twitter. Las evidencias presentadas por las Agencias de Inteligencia de EEUU y la presión de varios senadores republicanos, entre ellos de John MacCain, pueden estar detrás de este reconocimiento tan poco habitual en el futuro inquilino de la Casa Blanca.

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