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Los disidentes cubanos esperan algo más que simples "cambios cosméticos"

  • Los grupos opositores ven en la llegada al poder de Raúl Castro la posibilidad de una nueva Cuba

La muerte política de Fidel Castro se vive con esperanza y escepticismo en Cuba. Los grupos opositores al Gobierno castrista se manifiestan ilusionados ante "la noticia política más importante en la isla desde 1959".

Óscar Espinosa Chepe, preso excarcelado del Grupo de los 75, cuenta a este diario desde La Habana que "Raúl Castro tiene un perfil diferente al de su hermano Fidel; no es un acaparador del poder porque le gusta delegar, es además mucho más realista".

"Es un hecho que Raúl es un poco más pragmático, menos iluminado, menos dogmático que Fidel", comenta el disidente Jacobo Machover, exiliado en Francia y autor de un crítico libro sobre Ernesto Che Guevara (La face cachée du Che).

La gente está contenta porque existe una posibilidad de transformación, "el peligro es que acabe en frustración", asegura Espinosa. Raúl habló de "cambios estructurales" entre los que podría estar "la liberación de los 55 prisioneros políticos no reconocidos por el Gobierno, la apertura al mercado y el acceso a internet y a viajar", opinó Espinosa.

"La decisión es un alivio. Es la desaparición del padre que nadie quiso. Pero no se trata de un cambio, sino de una sucesión dinástica", estima Machover, quien dijo además que Raúl "quiere pasar a la Historia como el hombre que pueda permitir cierta normalización del régimen comunista y no como el hombre que organizó el Ejército y la represión".

Miriam Leiva, fundadora del grupo Damas de Blanco formado por familiares de presos políticos, se muestra escéptica porque "los cambios podrían ser sólo cosméticos y no medulares", pero son 49 años de dominio castrista y el pueblo tiene ahora esperanzas en que ciertos giros, no anunciados pero sí insinuados por Raúl Castro, se lleven a cabo.

"Quienes ocupan ahora el poder tienen una gran responsabilidad. Lo prioritario es hacer avanzar al país económicamente y dejar de ser un parásito de Venezuela ahora como antes lo fuimos del bloque soviético", asegura Leiva, que se muestra preocupada con que el continuismo del régimen. "El sueño de la revolución no se hizo", se lamenta.

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