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Los libios celebran el aniversario de la rebelión contra Gadafi

  • Miles de personas salen a las calles para conmemorar el inicio del movimiento que acabó con el dictador pese a las dificultades económicas y la subida de precios

En un ambiente de alegría y euforia, los libios salieron ayer a las calles para celebrar el primer aniversario de la Revolución del 17 de febrero, que acabó con el régimen del fallecido Muamar al Gadafi tras ocho meses de conflicto armado. Sin embargo, el entusiasmo que inunda las calles de muchas ciudades, especialmente Trípoli y Bengasi, contrasta con la plomiza marcha de la transición política, inmersa en numerosas dificultades administrativas, políticas y de seguridad.

Miles de personas acudieron ayer al rezo del mediodía en las distintas mezquitas del país, coincidiendo con el aniversario del día en el que los libios rompieron con cuatro décadas de silencio, el 17 de febrero de 2011.

La gente salió a las calles con la bandera de la independencia y carteles en los que mostraban su alegría por la victoria frente a las fuerzas de Gadafi, que no se rindieron hasta el 20 de octubre, tras ocho meses de intensos combates. Las mezquitas también se unieron a las celebraciones y la euforia llegó hasta los altavoces de los alminares.

En las celebraciones de ayer, por primera vez desde el estallido de la revolución las armas no han sido protagonistas de los festejos, en respuesta al llamamiento del presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdulyalil, y de las autoridades religiosas, que han prohibido los disparos al aire.

Los fuegos artificiales han sido los encargados de sustituir a las ensordecedoras descargas de metralletas y baterías antiaéreas que tanto gustan a los milicianos cuando hay algo que celebrar.

La presencia de brigadistas era visible en las principales calles, donde permanecían desde la noche del jueves. Alrededor de 30.000 milicianos de otras ciudades se han desplazado a la capital, para asegurarla. "Ésta es la primera vez que siento que somos libios y que celebramos el aniversario con alegría", aseguró el joven Muid al Sukni.

"Todas las celebraciones desde que nací estaban relacionadas con Gadafi y sus hitos", dijo Muid, quien expresó su deseo de que el CNT se embarque en un proyecto de reconciliación nacional. "Soy libio, todos somos libios, a pesar de que se dice que hay algunas ciudades que apoyan al régimen anterior", agregó.

Pero no sólo la conmemoración de las revueltas alegra los espíritus de los ciudadanos, muchos tripolitanos, especialmente aquellos con dificultades económicas debido al paro y al encarecimiento de los precios, muestran su regocijo por el anuncio del CNT de entregar 2.000 dinares (unos 1.200 dólares) a cada familia y 200 a cada miembro no casado.

Sin embargo, los simpatizantes del régimen de Gadafi, que se acercan a los periodistas con precaución, como Muhamad, consideran que toda la alegría "es falsa". "Pronto despertarán y abrirán los ojos a la realidad", dijo, antes de preguntarse y responder: "¿Qué nos han dado los rebeldes o el CNT después de un año? Dos mil dinares para cerrar las bocas de la gente, para que no cuenten la opresión".

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