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Dos nuevos atentados sacuden Pakistán y acaban con la vida de 10 personas

  • Un bomba activada contra un convoy policial alcanza a un autobús escolar que circulaba cerca · Otro atentado hiere a varias personas y destroza una comisaría en Islamabad

Dos atentados golpearon hoy Islamabad y el conflictivo noroeste de Pakistán y se cobraron la vida de al menos diez personas, entre ellas tres niños, en una jornada que coincidió con la discusión en el Parlamento de las operaciones militares contra los islamistas.

Según fuentes oficiales, citadas por el canal privado Dawn, un coche bomba activado por un suicida estalló contra un edificio de la brigada antiterrorista situado en un complejo policial en las afueras de Islamabad, y lo destruyó parcialmente. Diez personas, la mayoría agentes, han resultado heridas y no se han registrado víctimas mortales. En el momento de la explosión, que tuvo lugar en torno a las 13.00, hora local, el recinto estaba casi vacío. Éste es el primer atentado que tiene lugar en Islamabad desde que el pasado 20 de septiembre un suicida hiciera estallar los 600 kilos de explosivos que transportaba en un camión contra el hotel Marriott y acabara con la vida de 54 personas.

Por otra parte, diez personas murieron en otro ataque perpetrado en la demarcación de Dir, situada en la volátil Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP). Según el oficial de seguridad Nadir Khan, citado por la agencia estatal APP, una bomba activada por control remoto estalló al paso de un furgón de Policía en la zona de Kwago Obbo, en Dir. El vehículo de las fuerzas de seguridad quedó completamente destrozado por el ataque, que causó la muerte de tres policías, tres prisioneros y el conductor.

La explosión también afectó a un autobús escolar que circulaba cerca del furgón policial y varios niños resultaron heridos, de los que tres perdieron la vida poco después en el hospital, según APP. La demarcación de Dir limita con la región tribal de Bajaur, situada en la frontera con Afganistán, donde el Ejército desarrolla desde hace dos meses una operación en la que asegura haber matado a cerca de 1.500 insurgentes.

El recién designado jefe de los servicios secretos paquistaníes (ISI), Ahmed Shuja Pasha, compareció hoy por segundo día consecutivo en el Parlamento para informar sobre la evolución de estas ofensivas, lanzadas en varios puntos del conflictivo noroeste del país. "La Cámara fue informada acerca de la amenaza del terrorismo y de las operaciones de seguridad interna que se han llevado a cabo en las áreas tribales (fronterizas con Afganistán) y en el (valle septentrional) de Swat", se indica en un escueto comunicado de la Asamblea Nacional paquistaní.

Sin embargo, la comparecencia de Pasha, que hoy respondió a las preguntas de los diputados, concluyó entre críticas de los partidos opositores, que tacharon la sesión de "superficial". La Liga Musulmana-N del ex primer ministro Nawaz Sharif, que se retiró del Gobierno definitivamente el pasado mes de agosto, decidió boicotear la sesión y sus diputados se abstuvieron de preguntar.

"Se necesita algo más que una sesión informativa. Están en juego las vidas de nuestros ciudadanos y el Parlamento debe ganarse la confianza para decidir si se da apoyo a la estrategia actual", declaró el portavoz de Liga-N, Sidiq Faruq. "Hay que felicitar al Gobierno por la iniciativa de traer al Ejército al Parlamento, pero no nos han contado nada nuevo, no han querido compartir más cosas de las que ya sabíamos y se han centrado en aspectos meramente operativos", convino el portavoz del minoritario Muttahida Quami Movement (MQM), Faruq Sattar.

Los medios no tuvieron acceso a la sesión, considerada histórica por la prensa local, ya que sólo se habían celebrado otras dos similares anteriormente. Una fuente del gobernante Partido Popular (PPP) dijo a Efe que el Ejército también garantizó que "la soberanía del país será defendida a toda costa", algo que sus portavoces han reiterado en respuesta a los ataques de las tropas de EEUU destacadas en Afganistán en la frontera paquistaní.

La mayoría de los atentados perpetrados en el país en los últimos meses, como el del hotel Marriott, han sido reivindicados por el proscrito movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a los grupos talibanes paquistaníes. El TTP ha insistido en que los ataques no cesarán hasta que el Ejército detenga las operaciones militares en marcha.

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