Los rebeldes de de Chad aceptaron el martes, "en principio", una tregua inmediata, después del fracaso de su ofensiva contra las tropas gubernamentales en Yamena, la capital de la república africana, donde esta mañana prevalecía la calma.

Lo que se necesita ahora es un diálogo nacional y una solución pacífica del conflicto, dijo el portavoz de los rebeldes, Abderaman Koulamallah, en una entrevista concedida a la emisora de radio francesa RFI. "Queremos poner fin a la guerra e iniciar un diálogo", aseguró. Koulamallah agregó que una tregua crearía la oportunidad de formar un "gobierno genuinamente democrático".

La decisión de los rebeldes de aceptar la tregua se tomó en respuesta a los llamamientos hechos en ese sentido por Libia y otros "países amigos", según explicó el portavoz insurgente.

Una tregua aceptada por las fuerzas beligerantes pondría fin a varios días de intentos combates en Yamena y en el este de Chad, que dejaron decenas de muertos y cientos de heridos, según algunos reportes. Además, decenas de miles de habitantes de Yamena han huido de los enfrentamientos en la ciudad. La mayoría de ellos ha buscado refugio en el vecino Camerún, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El jefe del grupo insurgente, general Mahamat Nouri, denunció hoy en declaraciones a la emisora francesa Europe 1 que aviones de combate franceses bombardearon posiciones rebeldes desde la mañana del lunes hasta alrededor de la una de la mañana de este martes.

Preguntado sobre si los rebeldes son capaces de lanzar un nuevo ataque contra Déby y de tomar Yamena, Nouri respondió. "Sí, absolutamente, pero sin (la intervención de) el Ejército francés".

Por su parte, Koulamallah denunció que el presidente Idriss Déby organizó durante los combates redadas contra la oposición.

El ministro francés de Defensa, Hervé Morin, aseguró que París investigará la denuncia respecto a las redadas una vez que esté garantizada la seguridad de los extranjeros en Chad.