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La llegada de refugiados desborda a Alemania y crecen los ataques racistas

  • Un político sufre un atentado por organizar actos en favor de los demandantes de asilo

Alemania observa con preocupación el aumento de amenazas y ataques a albergues de refugiados mientras Gobierno, estados federados y municipios debaten cómo acoger a los miles de solicitantes de asilo que llegan cada día, alojados temporalmente muchos en casetas prefabricadas y tiendas de campaña.

Según informó ayer la Policía, se investiga un presunto atentado contra un político del partido La Izquierda en Freital (este), después de que de madrugada explotara su coche, aparcado junto a su domicilio.

La Policía se limitó a señalar que investiga en todas las direcciones, pero La Izquierda tachó de "racista" el ataque a su compañero, Michael Richter, que había recibido amenazas de muerte por organizar actos a favor de los refugiados. "No podemos dejar las calles ni el liderazgo de opinión a quienes propagan abiertamente el odio", subrayó Richter.

Freital, ciudad de apenas 40.000 habitantes en el Estado oriental de Sajonia, apareció en las últimas semanas en los medios de comunicación nacionales por las protestas xenófobas contra la decisión de convertir un antiguo hotel en centro de acogida.

A apenas 12 kilómetros está Dresde, la capital de Sajonia, escenario el viernes de disturbios cuando dos centenares de personas acudieron a la concentración organizada por el partido ultraderechista NPD frente a un campo de tiendas de campaña levantadas para acoger temporalmente a 1.100 solicitantes de asilo.

Poco antes de conocerse el ataque contra Richter, el portavoz del Ministerio alemán de Interior, Tobias Plate, subrayó la "gran preocupación" del Gobierno federal ante la escalada de los ataques contra albergues de refugiados, en torno a 200 en lo que va de año frente a los 170 que se registraron en todo 2014.

Ante esta situación, el presidente del sindicato de la Policía, Rainer Wendt, propuso una medida excepcional: prohibir las manifestaciones y concentraciones a menos de un kilómetro de los lugares en los que son alojados los solicitantes de asilo.

"Las personas que huyen de la persecución tienen derecho a no tener que mirar a la cara a quienes les tiran piedras", dijo Wendt al diario Saarbrücker Zeitung.

El campo provisional de tiendas de campaña levantado en Dresde, gestionado por la Cruz Roja, se une a los "pueblos" de casetas prefabricadas que planea Hamburgo y a las innumerables iniciativas que rehabilitan escuelas u hospitales en desuso para evitar que miles de personas duerman al raso.

El ministro de Interior de Sajonia, Holger Stahlknecht, llegó a solicitar este fin de semana ayuda al Ejército, que ya aloja a 3.500 refugiados en ocho cuarteles.

Las últimas peticiones de las autoridades regionales y locales de más fondos no encontraron de momento respuesta en el Gobierno federal, que ayer recordó que el mes pasado acordó con los Länder duplicar el presupuesto destinado este año a la acogida, hasta los 1.000 millones de euros.

En 2014 Alemania registro más de 200.000 nuevas peticiones de asilo y la Agencia Federal para la Migración y los Refugiados ha vaticinado que la cifra se doblará en este ejercicio. Según sus últimos datos, en el primer semestre se presentaron 159.927.

La mayoría de las solicitudes del primer semestre son de sirios (32.472), pero tras ellos se sitúan kosovares (31.400) y albaneses (22.209); mientras que más del 85% de los primeros recibe algún tipo de protección, la tasa se sitúa entre el 0,4% en los otros casos.

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