Ambición es algo de lo que suelen carecer los grupos indies, y como a Franz Ferdinand les sobra pues está claro que lo suyo es puro mainstream, aunque hasta ahora era claramente del que gusta a todos, incluyendo a los estirados que les auparon con su primer disco y que arquearon las cejas con el segundo. Quizá este tercer álbum, Tonight: Franz Ferdinand (Domino, 2009), suponga la separación definitiva con el sector más exigente de los que siguen disfrutando echando un baile con guitarras de fondo. Y es que los de Glasgow se han lanzado a la conquista definitiva del gran público, ese que aún espera con curiosidad lo nuevo de U2 -pese a que Get on your boots, el single de adelanto de No line on the horizon sea para llorar-.
La fórmula de Franz Ferdinand parece ser la misma que les ha hecho famosos y millonarios, muchos cambios de ritmo y melodía unidos a la fuerza, pero en su entrega de 2009 han desaparecido definitivamente las aristas que brillaban en su debut, al tiempo que todo suena más forzado -el productor elegido, Dan Carey no ha sabido aligerar el art rock de la banda así que lo ha borrado-. Como remate, esta colección de canciones es la menos lograda de Alex Kapranos y sus muchachos; si antes creíamos que cada tema podía contener melodías para otros dos, ahora está claro que sólo tienen para lo que dan - y gracias-.
Sobre el papel, Tonight: Franz Ferdinand es una buena idea: un álbum conceptual sobre una salida nocturna y festiva, incluyendo las consecuencias a la mañana siguiente. Para rematar la jugada, prometían un serio acercamiento a la electrónica. Bueno, pues todo eso está en el disco, el problema es que las canciones son casi indistinguibles unas de otras -salvo el tramo final, el de la bajona-, y que el maquillaje electrónico es de mala calidad por ochentero y decorativo.
Así están las cosas, y resulta que con su peor disco siguen recibiendo buenas críticas, algunas entusiastas, y además se han colado en los puestos altos de las listas de ventas en todo el mundo: segundos en el Reino Unido, novenos en el Billboard de Estados Unidos e incluso son terceros en España -sus dos primeros álbumes también están entre los cien más vendidos de la pasada semana-. Y Tonight: Franz Ferdinand no es un mal disco, para nada, es sólo el peor que ha grabado una banda que parece saberlo y a la que no le importa, porque el cuarteto lo que ansía es vender copias por un tubo y si lo consiguen con una mediocridad aparente como Ulysses les parece bien y además mucho más pop.
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