Cultura

Carlos Álvarez expresa su deseo de volver a los escenarios en septiembre

  • Operado de una grave afección que le obligó a cancelar toda la temporada a principios de año, el barítono malagueño espera estar recuperado para cantar en Zurich 'Don Giovanni' de Mozart

Giuseppe Verdi le iba a mantener ocupado durante todo 2009, pero finalmente, Carlos Álvarez (Málaga, 1963) tendrá que prescindir de las piezas más potentes del compositor italiano, al menos por un tiempo. Operado el pasado mayo de una grave lesión en las cuerdas vocales (denominada leucoplasia), el barítono malagueño se recupera favorablemente y, "si todo va bien", pretende volver a cantar el próximo septiembre. Sería en Zurich con la ópera Don Giovanni, de Mozart "diferente a las de Verdi, más ligera". Así lo matizó ayer su representante Alfonso Leoz a este periódico, para aclarar otras informaciones difundidas sobre la confirmación de su regreso a los escenarios.

"Hasta dentro de un mes no se puede confirmar nada", puntualizó. En unos días el cantante comenzará sus ejercicios de foniatría. "Para probar la musculatura vocal empezará a cantar la primera octava", informó el representante. Hasta que le fue diagnosticada la dolencia, la agenda de Álvarez ascendía a una media de 65 recitales por año. Ahora, aún en el caso de que pudiera reincorporarse este otoño, se vería reducida a "unas 30 ó 40 funciones", especificó Leoz. Los dos o tres primeros años, el barítono tendría que estar "en continua observación médica" con el fin de evitar una recaída.

La afección que le ha mantenido retirado de la lírica desde principios de año y obligado a cancelar toda la temporada 2009 (que culminaba este mes de julio), conlleva también un cambio en los papeles que el malagueño acostumbraba a interpretar. Así, recordó Leoz, piezas como Otelo, Rigoletto ó Macbeth de Verdi, "en las que está cantando prácticamente todo el tiempo", quedan eliminadas por ahora de su repertorio. En cambio, otros personajes como los de La Hija del Regimiento de Donizetti ó Falstaff de Verdi "son más ligeros, requieren más interpretación y carácter que intensidad vocal", sostuvo el representante del artista.

La leucoplasia es una enfermedad atípica en los profesionales del canto. Suele ser más frecuente en personas mayores y fumadoras (no es el caso de Álvarez). Se trata de una mancha blanquecina que, en este caso, afecta a la mucosa de las cuerdas vocales provocando que la piel cicatrice de forma anómala.

Esta dolencia le produce una irritación al cantar que desemboca en una fuerte ronquera. La intervención quirúrgica a la que ha sido sometido le ha "limpiado" la zona de manera "poco agresiva", detalla Leoz. El manager insiste en la "cautela" a la hora de tratar la reincorporación del artista, que será "lenta y vigilada", reitera.

Fuera del calendario de 2009 se han quedado citas claves para cualquier barítono de la talla de Álvarez, cuyo calendario de actuaciones se prolongaba hasta 2013. Este mes de julio debía acudir al Covent Garden de Londres para interpretar Un ballo in maschera, y el próximo septiembre, otro peso pesado, Macbeth en Bari. Si sus problemas vocales desaparecen, el cantante podría continuar -tras su intervención en Zurich con Don Giovanni- con La Traviata, que le llevaría a Turín en octubre.

Carlos Álvarez está considerado como uno de los mejores intérpretes de principios del siglo XXI del repertorio verdiano. Distinguido con la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes y con el Premio Nacional de Música, el pasado 2007 el barítono junto a Montserrat Caballé fue galardonados además con el título de Kammersänger de la Ópera del Estado de Viena. Se trata de una de las distinciones honoríficas austríacas más relevantes vinculadas con la época del imperio austrohúngaro. La última vez que se pudo escuchar al malagueño en su ciudad natal fue en noviembre de 2007 en el Teatro Cervantes en el papel de Carlos Gérard para la ópera Andrea Chenier, de Umberto Giordano.

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