Cultura

Chicano recuerda los años 60, tiempo entre la creatividad y la represión

  • El pintor participó en los actos del 50 aniversario de la Facultad de Económicas

Al tiempo que se creaba en Málaga la Facultad de Económicas, en 1965, la creatividad brotaba entre la joven generación de pintores malagueños que empujaba con fuerza para dar color a la España gris de la dictadura. Uno de ellos era Eugenio Chicano y ayer recordó aquellos años en los que se trabajaba mucho pero con cautela, en los que se debatía de todo, "de forma peripatética, parque arriba, parque abajo", pero en voz baja, en los que se pintaba sin limitaciones pero con la censura acechando. Un buen número de compañeros, artistas y personalidades de la cultura malagueña se acercaron hasta la Sociedad Económica de Amigos del País para escuchar la charla que se enmarcó dentro de los actos del 50 aniversario de la Facultad.

"Fueron los años de la Buena Sombra, los inicios del Ateneo, de los concursos y las exposiciones, pero todo eso por debajo llevaba la falta de libertad, los castigos, la represión", dijo. "Me acuerdo que le hicimos un homenaje a Picasso en un restaurante de la Alameda y vino la Policía y nos retuvo allí hasta las doce de la noche, fue un susto tremendo", comentó. Fue el momento, explicó, de una "pléyade brillantísima, empezaron a visitarnos pintores y gente de fuera magnífica, como Frank Rebajes, Robert McDonald, Cambell..."

En enero de 1965, Chicano y Brinkmann emprendieron un viaje por Europa. "Era una necesidad de saber qué pensaban de ti fuera y cuál fue mi sorpresa que tuve una grandísima acogida, en el 66 expuse en Londres en una colectiva llamada Jóvenes Artistas Europeos". En este viaje, Chicano encontró en Bruselas "todo el flamenqueo exiliado, al que había escuchado en los discos y conocía, era una pena verlos allí. Pero aquí pagabas, sin darte cuenta, con tu libertad". Y añadió: "aquí a la Económica vino Félix Grande a hablar de flamenco y vino la Policía y nos detuvo a todos, eran cosas inauditas".

En los últimos años del franquismo, a pesar de todo, en Málaga fluía el arte. Aunque sin instituciones que ampararan a los creadores más contestatarios, eran ellos los que tenían que hacerse un nombre propio en el panorama nacional e internacional. Viajaron y, con lo poco que tenían en sus bolsillos, se lo hicieron. Fueron tiempo complejos pero "teníamos 20 años y te comías el mundo".

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