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Clooney y Pitt se echan unas risas con los Coen

  • 'Quemar después de leer' es la nueva gamberrada de los creadores de 'No es país para viejos', y su regreso a la comedia

Era el momento de gamberrear otra vez. Quizá Joel y Ethan Coen tuvieran en mente esa idea cuando planearon Quemar después de leer. Con No es país para viejos (2007) se pusieron demasiado serios, aunque tuvo sus recompensas: Oscars y buena taquilla. El tratamiento de madurez sirvió para recuperar el prestigio que resbalones como The ladykillers(2004) y El hombre que nunca estuvo allí (2001) pusieron en peligro de extinción. Ahora, vuelven los Coen que aprendimos a esperar, los de Crueldad intolerable (2003) o El gran Lebowski (1998). En Quemar después de leer, los hermanos más divertidos del Hollywood reciente se ríen del mundo de los espías y de los secretos. Sus compinches en esta ocasión son John Malkovich, George Clooney -uno de sus rostros habituales-, Tilda Swinton, J. K. Simons, Brad Pitt, Frances McDormand -esposa de Joel-, Richard Jenkins y Elizabeth Marvel.

La buena acogida de Quemar después de leer tras su presentación en la pasada Mostra de Venecia no se ha visto reflejada en la taquilla estadounidense, donde se estrenó con unos mediocres 19 millones de dólares de recaudación -apenas ha superado los 45 millones hasta hoy-, pero en Europa tiene asegurado un buen resultado. Aquí, todo lo que sea dejar en mal lugar a la CIA suele funcionar bien en las salas, y este filme no será una excepción.

El argumento es un delirio absoluto: Cuando la mujer de Ozzie, un agente de la CIA, olvida accidentalmente en un gimnasio un CD con las memorias de su marido, dos empleados del centro aprovecharán la oportunidad para chantajear al agente, que acaba de ser despedido. Sin embargo, la CIA no está dispuesta a que salgan a la luz ciertos secretos, por lo que enviará a un asesino para que solucione el entuerto. El agente de la CIA es John Malkovich, cuya esposa está en ilícitas relaciones con otro agente, pero del FBI, que es George Clooney -se entiende esa infidelidad-, y uno de los dos tarados que encuentran los archivos es Brad Pitt. Tamaño enredo encaja bien en la filmografía de los autores de Sangre fácil (1984).

En Quemar después de leer, los Coen escribieron los personajes pensando en cada uno de los actores que los iban a encarnar en la gran pantalla y que los propios directores definen como "auténticos pedazos de alcornoque, aunque no por eso dejamos de quererles". Y dicen más: "Les pedimos a los actores que encontraran el alcornoque que llevaban dentro", confiesan los Coen.

Lo más sorprendente de este esperpento cómico es que está basado en Burn Before Reading: Presidents, CIA Directors, and Secret Intelligence, un libro escrito por del ex jefe de la CIA Stansfield Turner. Dice Clooney que pare él Quemar después de leer es "una película sobre gente increíblemente estúpida que hace cosas increíblemente estúpidas en cualquier tipo de situación". Sepan que Clooney es un tipo sincero.

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