Cultura

El Convento de la Trinidad será ahora un contenedor cultural y social

  • El consejero de Cultura asegura que antes de que acabe el mes se conocerá el documento definitivo sobre el inmueble

  • Será, dice Vázquez, similar al centro El Matadero de Madrid

Interior del Convento de la Trinidad.

Interior del Convento de la Trinidad. / M. H.

El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, afirmó ayer que desde la Junta darán una respuesta cultural y social al Convento de la Trinidad, y que antes de que acabe el mes se dará a conocer el documento definitivo sobre el inmueble. La intención es convertirlo en un espacio similar a El Matadero de Madrid. "Estamos trabajando, estamos a punto de ultimar el proyecto; hemos mantenido ya tres reuniones de la Comisión Técnica y hay un grado de acuerdo importante que vamos a plasmar en un documento definitivo que se va a conocer si es posible antes de final de mes", explicó Vázquez durante la presentación del VI Festival de los Teatros Romanos de Andalucía, que tuvo lugar en el Teatro Romano de Málaga.

"Yo creo que va a ser una respuesta a la demanda social que existe en la ciudad de Málaga, una respuesta que va a darle contenido cultural al Convento de la Trinidad y también que tiene que acometer la restauración de un bien patrimonial que necesita una actuación y una intervención de manera urgente que además es cuantiosa en los presupuestos", apuntó el consejero.

"Al mismo tiempo queremos que sea un proyecto con dimensión social, que revitalice el barrio, que dinamice el barrio y que sea capaz de vertebrar la cultura desde el centro histórico de Málaga, hasta la periferia, hasta el barrio de la Trinidad y el Perchel", finalizó.

La Junta de Andalucía se hizo con la titularidad del Convento de la Trinidad en 2005, merced a la operación por la que el Gobierno de España recibió a cambio el edificio del antiguo Hospital 18 de Julio en La Caleta para trasladar su Subdelegación y dejar vía libre a la instalación del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana. La entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, anunció poco después la creación en el convento del llamado Parque de los Cuentos, un proyecto que nunca llegó a comprenderse del todo (seguramente porque nunca llegó a definirse) pero que sirvió para cifrar en 30 millones de euros la cantidad precisa para la rehabilitación integral del edificio. En 2008, con Paulino Plata en la Consejería, la Junta invirtió 2,2 millones para una rehabilitación de urgencia dirigida a la "consolidación" del edificio y a la futura instalación de una sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico consagrado al arte rupestre.

El Convento de la Trinidad, antiguo acuartelamiento, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1980 y es el mejor ejemplo renacentista y mudéjar de la provincia. A pesar de eso ha estado abandonado durante años.

Está previsto que tras los trabajos de rehabilitación del convento en un centro cultural, con actuaciones cifradas entre los 15 y 18 millones de euros. Las obras se ejecutarían por fases, si bien no hay todavía una fecha concreta para iniciar los trabajos, que llevará años finalizar.

Por otro lado, el consejero de Cultura criticó al Ayuntamiento de Málaga en relación con la retirada de los mosaicos de Invader de los edificios. "Hemos asistido a una ceremonia, por parte del Consistorio, de dilación, de mirar hacia otro lado y, después, de querer descargar la culpa sobre las espaldas de los vecinos", lamentó, en referencia a la petición del Consistorio de que los propietarios retiraran las piezas.

El Ayuntamiento, recordó, "recibió tres exigencias por parte de la Delegación Territorial de Cultura para la retirada de los mosaicos y no hizo nada", apuntando que "sólo cuando vio venir que iba a abrirse una investigación judicial reaccionó [...] de la peor manera: exigiendo a los vecinos, que habían sido las víctimas de una acción que, a priori y pendiente de lo que decidan los tribunales, parece que tiene origen municipal".

En la misma línea, apuntó que desde la Junta no entienden la manera de actuar del Ayuntamiento, incidiendo en que "desde luego, quienes no tenían culpa de nada eran los vecinos que se encontraron los mosaicos en las fachadas de sus casas".

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