Cultura

Descubriendo a Shostakovich

  • El Cuarteto Granada continúa su integral dedicada al compositor ruso el próximo sábado en la Sala María Cristina

  • Tocarán los cuartetos 7, 9 y 13

Emilia Ferriz, Mario Navas, Manuel Moreno y Jeremías Sanz, los componentes del Cuarteto Granada.

Emilia Ferriz, Mario Navas, Manuel Moreno y Jeremías Sanz, los componentes del Cuarteto Granada.

Habían tocado algunos de sus cuartetos en sus nueve años de trayectoria profesional. Dos o tres, dicen. Pero se propusieron un reto mucho mayor, tanto a nivel individual como colectivo. Reunir la extensa obra del compositor ruso Dimitri Shostakovich (1906-1975) y realizar un ciclo integral con sus 15 cuartetos. El lugar elegido, Málaga y el escenario, la Sala Unicaja de Conciertos María Cristina. Encontraron la colaboración de la Fundación Unicaja y en enero de 2016 Cuarteto Granada comenzó el proyecto con el primer concierto que reunió las piezas número 2 y 8. El próximo sábado 24 de junio prosiguen con su divulgación sobre uno de los grandes nombres de la música del siglo XX. Tocarán los cuartetos 7, 9 y 13.

"Veíamos que el de Shostakovich era un repertorio que impactaba mucho al público, les interesaba la historia, el trasfondo social y político que lo llevaba a componer para cuarteto", explican desde el Cuarteto Granada. A esto se unió la influencia de su profesor, Michael Thomas, que dejó una grabación histórica de su integral y el aliciente de hacerlo en una ciudad como Málaga "en la que no se ha hecho nunca una integral", agregan y subrayan que le propusieron el proyecto a la Fundación Unicaja "por tener un apoyo y la seguridad de poder tocar en el mismo espacio todo el ciclo, lo que aporta coherencia musical, estética y es fundamental para que el público lo asocie al ciclo y sepa dónde acudir". Además, para ellos el espacio malagueño se trata de "una de las mejores salas de Andalucía".

El Cuarteto Granada -Mario Navas y Manuel Moreno son malagueños- también quiso emprender el proyecto con el propósito de plantar cara a una obra muy exigente. "Técnicamente es muy exigente y a nivel musical también, el trabajo individual es muy complejo y combinar las cuatro partes para hacer un cuarteto más aún", explica el violinista Mario Navas. En cuanto a la combinación de las piezas que realizan en cada concierto -el del 24 es el cuarto del ciclo- las eligen tanto por su temática como por su duración, para que los conciertos tengan una extensión similar. "Es un tipo de música que tiene mucha intensidad, muchos detalles y preferimos que la gente salga con ganas de más que no cansada", consideran los componentes de la formación musical.

Igualmente consideran que "hay algunos cuartetos que combinan mejor con otros por la época en la que los compuso y los acontecimientos que lo habían marcado y llevado a componer uno u otro". En este caso, los cuartetos 7 y 9 "están muy cercanos en el tiempo, es el momento de la guerra fría, del deshielo, y aunque ya había alcanzado su madurez como compositor, su empuje tenía menos límite que cuando hizo el 13, en el que se enfrenta al tema de la muerte con una crudeza mucho más clara", opina Cuarteto Granada.

Para estos intérpretes, el compositor ruso usó la música como herramienta de protesta ante tanta guerra, tanta muerte y opresión política. Él mismo estuvo mucho tiempo perseguido, bajo una amenaza de muerte constante y "ese miedo, esa crudeza y frialdad se ve en la música, música también muy irónica, satírica al mismo tiempo". Los contrastes que marcaron su existencia están en sus sinfonías, en su música de cámara, pero fueron los cuartetos el género que, quizás, mejor supo explotar. Su quincena de piezas lo hacen ser uno de los autores más prolíficos en este campo.

Desde 1938, con su primer Cuarteto Op. 49, hasta 1974, año en que compone su Cuarteto nº 15, Dmitri Shostakovich abordó una de las más amplias series de cuartetos de cuerda del siglo XX, además de una de las más bellas y emotivas. El compositor sinfónico y teatral apenas se había interesado hasta entonces por la música de cámara y nada hacía sospechar un trabajo tan constante y tan laborioso en medio de las penalidades de la segunda gran guerra y de la no menos calamitosa posguerra.

"La verdad es que este proyecto nos ha supuesto y nos está suponiendo muchísimo trabajo individual diario y trabajo semanal como grupo", afirman los intérpretes, cuyo encuentros se van intensificando cuando se acerca la fecha de los conciertos, como la del sábado a las 20:00 con entradas a 10 euros. Tras este de junio tienen previsto otro para este año, hacia los meses de noviembre o diciembre. El ciclo se cerrará en 2018 y, si continúa como hasta ahora, seguirá contando con el respaldo del público.

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